Y tú… ¿que viste en la bendición Urbi et Orbi? el abrazo de Dios
En ese hombre, ya anciano, yo vi al mismo Cristo. Y tu, ¿qué viste? Sus palabras sonaban y olían a Cristo. Y tú, ¿qué viste? Sus palabras sonaban y olían a Cristo; ese hombre era su transparencia; su Vicario en la tierra. Y nos bendijo, y nos repitió que Dios siempre perdona