«¡Lo quiero conmigo en el paraíso!», dijo la niña Marietta momentos antes de morir a los 11 años de edad… expresando así su perdón al joven Alessandro Serenelli, su agresor; este, tras fracasar en sus intentos por seducir a la niña había intentado violarla y ante la firme resistencia de la pequeña le agredió con 14 puñaladas.