
Papa Francisco: para ser consolado es necesario reconocer que estoy necesitado
¿Cómo está nuestro corazón? ¿Abierto y capaz de pedir el don de la consolación para después transmitirlo a los otros, como un don del Señor? o “¿’cerrado’, rico de espíritu, es decir, ‘suficiente’ que se consuela mirándose al espejo?