III Domingo de adviento: una invitación a la serenidad y a la alegría
La liturgia del tercer domingo de Adviento está entretejida de textos, invocaciones y oraciones, que invitan a la alegría. El tono lo da la antífona de entrada: “Estén siempre alegres en el Señor; les repito, estén alegres”, palabras tomadas de la Carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses (4,4-5).