Silvia Ordóñez
Jonas y su esposa soñaron siempre con tener una familia grande y cuando recibieron la noticia de que estaban “embarazados”, planearon todo con emoción para que la llegada de su bebé sea perfecta, pero en uno de sus chequeos de rutina, reciben una mala noticia. Este mini documental de Church Project hace un recuento de cómo esta pareja de jóvenes esposos deben ir afrontando cada una de las etapas de la enfermedad de su hijo en el vientre de la madre e incluso llegan a preparar su funeral.
Es muy duro pensar que si planeas formar una familia en algún momento, debes estar preparado para este tipo de sufrimientos. La pareja del video nunca perdió la fe ni la esperanza, permanecieron apoyándose mutuamente, así como en sus familias y en Dios. Su reacción a cada una de las malas noticias, siempre fue la de rezar y poner todo en manos del Señor.
A medida que iba pasando el tiempo, les resultaba más difícil aceptar la condición de aquel bebé que no conocían aún pero al que amaban profundamente. De repente en uno de los chequeos que parecía ser el último, los doctores no podían creer lo que estaban viendo, la enfermedad del hijo de Jonas y su esposa había simplemente desaparecido, todo había cambiado y ahora era un bebé perfectamente normal. Pero, ¿qué sucedió? “Intervención divina” fue la respuesta que les dio la enfermera. Porque aunque sea científica y médicamente ilógico, para Dios nada es imposible y Su Misericordia no tiene límites. Él no hace pruebas con nosotros, somos nosotros quienes decidimos cómo afrontar lo que nos sucede y con cuánta fe lo hacemos.
Para ellos era tan importante formar una familia, que Dios intercedió para que así sea. Como dijo el Papa Francisco en esta Fiesta de las Familias:
“Todo el amor que Dios tiene en sí, toda la belleza que Dios tiene en sí, toda la verdad que Dios tiene en sí, la entrega a la familia. Una familia es verdaderamente familia cuando es capaz de abrir los brazos y recibir todo ese amor.”
Toda esta historia me recuerda al caso de una pareja de amigos a quienes les ocurrió algo muy parecido con su hija que fue diagnosticada con una condición muy rara dentro del vientre, pero ellos fueron muy valientes y lo supieron superar de una forma admirable. Ella le escribió una carta a su hija Valentina, en la que cierra con una recomendación a otras madres: “Mamás, la vida nos tiene preparadas muchas sorpresas para hacernos más fuertes y más felices. En estos desafíos no estamos solas, busquemos siempre apoyo en nuestra familia, en nuestros amigos y en Dios, si así lo sienten.”
Estos casos deben servirnos como llamados de atención para que seamos capaces de comprender que nada es insuperable si contamos con la ayuda de Dios. Que todo puede suceder pero no debemos perder la fe ni por un segundo y abandonarnos en Él sin pensarlo dos veces.
Fuente: catholic-link.com