La Epifanía del Señor 

Tradicionalmente lo reyes magos traen regalos a los niños. Que nos regalen a Jesús

“Unos magos de oriente llegaron entonces a Jerusalén y preguntaron:
¿Dónde está el Rey de los judíos que acaba de nacer?
Porque vimos surgir su estrella y hemos venido a adorarlo” Mt.2,1-12


Conversación imaginativa con los Reyes Magos
¿Por qué vinieron de tan lejos?
Venimos de oriente. Allá cultivamos la meditación, la vida interior y estudiamos otras religiones. En los libros Santos de los judíos leímos que nacerá el Rey de los judíos, luz que alumbrará a todas las naciones.
¿Por qué se pusieron en camino en esos días?
Mis compañeros y yo buscábamos, desde hace tiempo, al guía, al gurú de la humanidad. Poco a poco se consolidó entre nosotros la convicción que correspondía al anunciado “Rey de los judíos”. Esa fue nuestra estrella, nuestro ideal; o como muchos años después diría Martin Luther King: “Mi sueño”.
Además nuestros astrólogos comentaban el nacimiento de una “Nueva Estrella”…
Por eso nos pusimos en camino: “Sin dudar ni poder dudar”.
¿Por qué llegaron con el Rey Herodes?
Nos pareció lógico que el “Rey de los judíos” naciera de una de las familias reales o de las familias gobernantes. Nos extrañó que Herodes se sobresaltara tanto; convocó a los Sacerdotes y Escribas del pueblo. Ellos indicaron que nacería en Belén, pequeña población a 11 km de Jerusalén.
¿Se desconcertaron porque no nacía en Jerusalén?
Sí, pero a poco de caminar volvió a brillar la “estrella” que vimos surgir.
Comprendimos que sería un Rey diferente, universal, no sólo para los judíos y por eso no podía nacer de las familias gobernantes.
¿En Belén, les fue difícil encontrarlos?
No, Preguntamos y llegamos.
¿Qué sintieron cuando lo encontraron?
Un conjunto de sentimientos encontrados, aunque prevalecieron los de alegría. Nos desconcertó que el Rey de los judíos y Salvador de la humanidad naciera pobre, humilde, indefenso, como todos los humanos.
En reconocimiento le entregamos oro, incienso y mirra. Así adoramos, nosotros a nuestros dioses y nos postramos ante ellos.

Me quedé pensando en el Rey que se encarna y empieza desde abajo; así conoce, a fondo, las debilidades y las aspiraciones humanas. También en la lealtad de los magos que se dejaron guiar por la estrella que brilló en su interior.
Del mismo modo imaginé la plática que sostuvieron, unos días, con María y José. Sin duda pasaron mucho tiempo contemplando y admirando al niño. Su corazón estaba lleno de alegría y agradecimiento. El gozo interior es un buen indicador y se aplica a los hombres de todas las épocas y regiones sin importar su origen o nacionalidad.

Pido al Señor que nos conceda ponernos en movimiento, dejar a un lado los esquemas mentales prefabricados y abrirnos a la realidad que se presenta ante nuestros ojos. Que nos dejemos guiar por la estrella interior que está en nuestro corazón y que brilla con paz, alegría, seguridad y confianza…
Que podamos dedicar tiempo a contemplar y admirar al recién nacido en Belén. Completamente humano y divino es buen modelo y ejemplo para toda la humanidad.
Que nos podamos regresar, como los Magos, agradecidos a Dios por la presencia de Jesús y por todas las estrellas-personas que nos han conducido a conocerlo.
Que llenos de alegría volvamos a nuestros lugares de origen y les contemos todo lo que hemos visto, oído y contemplado en Belén.

Que así sea.

Max Verduzco S.J.

Comparte:

About Author