El árbol donde apareció la Virgen aún existe, florece durante el año, sus flores son blancas y pequeñas, su aroma es semejante al nardo, los peregrinos constantemente cortan sus hojas.

Acahuato proviene del vocablo náhuatl Aguanatoque, que significa “lugar de agua”. En 1525, apenas 4 años después de la caída de Tenochtitlán, llegaron los primeros franciscanos a la región y se expidió la cédula real que reconoce la fundación del pueblo.

La imagen de la Virgen es muy hermosa, mide 50 cm. En la mano derecha sostiene un cetro, en la izquierda al niño Jesús, en su cabeza una corona y a sus pies una media luna. Esta imagen surgió unos años antes de nuestra Independencia.

La tradición popular nos relata su aparición de la siguiente manera. Una niña cuyo nombre desconocemos se entretenía diariamente largas horas fuera de su casa, esto inquieto a su madre. Un día la niña llevó a su padre hasta el árbol y le muestra ahí en un hueco, la imagen de la Virgen María, la cual desde ese momento fue muy venerada, después se  construyó una capilla, esta se incendió al poco tiempo y sólo pudo salvarse la imagen, después se le construyo otro templo,  que por razones pastorales y debido a la gran cantidad de gente que iba a visitarla se convirtió en una parroquia.

El árbol donde apareció la Virgen aún existe, florece durante el año, sus flores son blancas y pequeñas, su aroma es semejante al nardo, los peregrinos constantemente cortan sus hojas. No se ha encontrado otro de la misma especie.

En 1922 con motivo de arreglar la plaza se intentó cortar el árbol pero la gente lo impidió.

En el año de 1814, el generalísimo José María Morelos, después de terminar el Congreso Constituyente de Apatzingán fue a visitar el Santuario de la Virgen y deposito su espada en el altar.

 

El 2 de febrero, día de la Candelaria celebran la fiesta de la Virgen bajo esta advocación.

IFCJ

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