En Casa de Jesús, las alumnas inician su día con esta y otras oraciones que ahora compartimos para como una opción para dirigirse a Dios, lo importante es tener la atención del pensamiento y corazón en las palabras que pronunciamos, puede ser esta u otra, o una oración salida de nuestro anhelo de ofrecer y vivir nuestro día buscando realizar la Voluntad Divina en nuestras vidas.
I
Dios mío, Padre de todos, en quien creo, en quien espero, a quien amo sobre todas las cosas y a quien me pesa haber ofendido por ser quien eres. Te agradezco todos los beneficios que me has concedido durante mi vida y especialmente esta noche; te ofrezco todos mis pensamientos, palabras, obras y trabajos del presente día. No permitas, amoroso Padre mío, que te ofenda hoy, hazme ver las acechanzas que tiene preparadas el enemigo de mi salvación para perderme, y ayúdame a apartarme de ellas y dame fortaleza para vencer mi defecto dominante. Inspírame de lo que sea de tu mayor agrado para vivir este día como si fuera el ultimo de mi vida, atenta, con tu gracia a realizar lo que Tú quieres ahora de mí que es mi formación integral, a fin de cumplir el plan salvífico que desde toda la eternidad Tú deseas para mí y por el que estoy en este mundo.
Así sea
II
Trinidad Santísima: Padre, Hijo y Espíritu Santo, presente y operante en la iglesia, en el mundo y en lo más íntimo de mi ser; te adoro, te doy gracias y te amo.
Padre Dios, por las manos de María, mi amorosa Madre, me entrego a Ti como hija tuya hoy y para siempre.
Jesús Maestro, a Ti me ofrendo con todo lo que soy, como hermana pequeña y fiel discípula.
Espíritu Santo, me consagro a Ti como “Templo vivo” para ser santificada.
María, Madre de la luz y Madre mía, Tú, que estas en la íntima unión con la Santísima Trinidad, enséñame a imitarte y a vivir en comunión con las tres divinas personas, a fin de que mi vida sea siempre; Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amen
III
¡Padre Dios! Acabo de despertar y a mi primer pensamiento ha sido para Ti como también mi primera palabra de esta mañana.
¡Jesús! Hijo único del Padre, tu mayor alegría cuando viviste en la tierra, fue hacer siempre y en todo la voluntad de Dios; ayúdame hoy a ser tu fiel compañera y a imitarme en le obediencia.
¡Espíritu Santo! Concédeme ser abierta, sencilla y dócil a tus inspiraciones para que haga solo lo que te agrada.
Dios mío, te pido que no me sorprenda la muerte a la mitad del camino que conduce a Ti. Dame a conocer tu voluntad y otorgarme la gracia de la fortaleza y constancia que necesito para seguirla con fidelidad, a fin de que cuando termine el tiempo de vida que tienes dispuesto para mí, tenga la satisfacción de haber cumplido con los deberes de cada etapa de mi existencia y me abras, amoroso, tu divino corazón; gracia que solo por tu gran misericordia confió poder alcanzar.
María, Madre de la Luz y Madre mía, Tú que siempre le diste gusto a Dios, ayúdame a seguir tu ejemplo para parecerme a Ti en la vida y a la hora de mi muerte Tú me conduzcas al cielo a gozar de Dios eternamente. Amén
No dejemos de orar en el día a día, sabiendo que en ella va implícita nuestra felicidad y nos ayudan a mejorar el día de quienes nos rodean.