La imagen es pequeña, de apenas un metro junto con toda la base que le sostiene; tiene un rostro gracioso y hermosamente juvenil.  La cabellera está hecha de pelo natural.

Se dice que originalmente tenía un Niño en sus brazos, se lo llevó un Fraile a España y la Señora quedó con el rostro elevado; fijos en el Cielo los ojos. La mano derecha está separada del cuerpo y en ella lleva una azucena; la izquierda completamente caída, en actitud de imploración.

Jacona pertenece al municipio de Zamora Michoacán, ahí se venera a Nuestra Señora de la Esperanza, preciosa escultura formada de raíz de árboles. El cronista Fray Matías de Escobar, religioso Agustino, ha dejado una bella narración.

Allá por el año de 1685 vivía ne Jacona un indio llamado Juan quien tenía un compadre en Pajacuarán y con frecuencia iban juntos a pescar a la laguna de Chapala. Andando los dos en la pesca vieron flotar en el agua una gran raíz que parecía tener figura humana.

La recogieron y la dejaron secando y Juan se la pidió regalada y se la llevó a su casa, ahí se dio cuenta que era de un árbol llamado cachimín. Le fue limpiando y poco a poco fue apareciendo la estatua primorosa y perfecta de la Santísima Virgen María.

El superior del convento de San Agustín de Jacona, Fray Jerónimo Sáenz, acudió a la casa del indio y quedó sorprendido ante la imagen, que comenzó a ser venerada como Nuestra Señora de la raíz. Poco después se le puso pasta y barniz al rostro y manos.

Al correr el tiempo la imagen adquirió fama de milagrosa y aumento su devoción y culto. Por el año 1711 con la dirección del Prior del convento, Fray Marcelo de Lizarrarás, se le construyó la primera capilla junto a la casa del indio Juan y se estableció una crecida Cofradía para honrar y dar a conocer a Nuestra Señora, bajo esta advocación.

IFCJ

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