vocación En la audiencia de este miércoles, ya en la plaza de San Pedro, a continuación de las realizadas en agosto en el Aula Pablo VI, el papa Francisco entró en el papamóvil, encontrando a unas 20 mil personas que le esperaban con cantos, coreando o agitando banderas y pañuelos.
El Santo Padre dedicó casi 20 minutos a saludar a los fieles y peregrinos, haciendo detener el vehículo para saludar y bendecir a niños y ancianos. Incluso hizo subir a un niño en el jeep blanco para que le acompañara durante el recorrido.
El sucesor de Pedro en sus palabras en español recordó que “en la catequesis de hoy reflexionamos sobre la relación entre la esperanza y la memoria de la vocación”.
Y precisó que “los primeros discípulos de Jesús recordaban de forma nítida el momento de su llamada. Juan y Andrés escucharon cómo su maestro Juan el Bautista decía de Jesús: «Ese es el Cordero de Dios»”.
Indicó así que “esta fue la chispa que dio comienzo a su historia de seguimiento. Ellos iniciaron a estar con él y muy pronto se transformaron en misioneros, haciendo que sus hermanos Simón y Santiago también siguieran a Jesús”.
El Pontífice entonces se interrogó: “Nosotros, ¿cómo podemos descubrir nuestra vocación? Se puede hallar de muchas formas, pero toda vocación, ya sea al matrimonio, al sacerdocio o a la vida consagrada, comienza con un encuentro personal con Jesús, que nos llena de inmensa alegría”.
Precisó entretanto que “el Señor no quiere que lo sigamos sin ganas, sino con el corazón lleno de gozo, y esa felicidad de estar con él es la que evangeliza el mundo”. Porque “el cristiano, como la Virgen María, conserva en su corazón la llama del primer encuentro con el Señor, y ante las pruebas de la vida vuelve a ese sagrado fuego, que lo conforta y que fue encendido una vez para siempre”.
El resumen de la catequesis en español terminó con las siguientes palabras: “Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular los grupos provenientes de España y Latinoamérica”.
“Los animo -concluyó el Papa- a que se acuerden de ese primer encuentro con Jesús en sus vidas, para que puedan reavivar ese fuego de amor, que los invita a seguirle con alegría y que es llama de esperanza. Muchas gracias”
Fuente: Zenit