LA DEVOCIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN.
La devoción, dice Santo Tomás de Aquino, «no es otra cosa que una voluntad pronta para entregarse a todo lo que pertenece al servicio de Dios». La devoción, pues, radica en la intimidad del que se siente inclinado al servicio amoroso de quien le es superior, que en el caso que nos ocupa es la Madre de Dios y Madre de todos los hombres.