Aprender a amar el silencio para escuchar a Dios
El silencio es elocuente cuando se comparte entre dos personas
El silencio es elocuente cuando se comparte entre dos personas
Para vivir hay que respirar, respirar aire puro, oxigenado. Si no, te ahogas, te asfixias.
Ninguno de nosotros puede afirmar haber dominado perfectamente la virtud de la paciencia. A veces creemos que hemos conseguido una gran victoria en adquirir paciencia, y luego, de la nada, ¡explotamos! Nuestra ilusión de ser la persona más paciente del mundo se desvanece en instantes.
Ya sea que oremos una oración prefabricada, o una oración espontánea, lo importante es no hacerlo mecánicamente sino con el corazón.
La necesidad del descanso y la serenidad es algo que viene pedido por la naturaleza humana. En las primeras páginas del Génesis se nos dice que: “cuando llegó el día séptimo Dios había terminado su obra, y descansó de todo lo que había hecho” (2,2). El mismo Jesús invitó a sus discípulos: “a un lugar solitario para descansar un poco. Porque eran tanto los que…
Después de haber respondido a la pregunta ¿Cómo rezar bien el Avemaría? vamos a comentar el Avemaría con la intención de que al pronunciar cada frase lo hagamos con pleno sentido.
Cuando has pecado la mejor oración es un espíritu contrito, humillado y confiado a los pies de Cristo crucificado.
El Papa Francisco ha celebrado este jueves la misa en la Casa Santa Marta donde ha tenido un especial recuerdo para el “noble pueblo chino”, justo cuando se celebra la fiesta de Nuestra Señora de Sheshan, María Auxiliadora”.
¿Puede la oración fervorosa de una madre llevar a su hijo a una conversión al estilo de San Agustín y su madre Santa Mónica? El sacerdote Rob Galea, muy conocido por sus música y evangelización por internet, cree que sí. Y lo afirma viendo su propia experiencia de fe y de conversión, en el que su madre tuvo un papel silencioso pero crucial.
Oh Divino Corazón de Jesús que dijiste: «Pedid y recibiréis; buscad y encontraréis; llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra, y a quien llama se le abre». Mírame postrado a tus plantas suplicándote me concedas una audiencia. Tus palabras me infunden confianza, sobre todo ahora que necesito que me hagas un favor: