
Dios y la presencia incondicional de su madre le acompañaron al dejar la droga y convertirse en sacerdote
Fray Antonio Salinaro, conocido como Vito, siempre dice que él mismo es un ejemplo de que se puede resucitar sin esperar al último día. Asegura que esta sensación la tiene aquel que ha salido de una verdadera situación de muerte. “Yo lo hice y no estaba solo, alguien me ayudó, Dios existe”, afirma.