Mis papás lloraron mucho, mucho pero después de meses muy difíciles, de no comer, no dormir y llorar todos los días mi hija nació y empezó un proceso también difícil, pero del cual no me arrepiento.
Mantente deseosa de abrazar la voluntad de Dios. Pídele que abra tus ojos para ver lo que él tiene para ti y no cometas el más grande error.
los La adolescencia es una etapa bellísima pero al mismo tiempo conflictiva para padres e hijos, es por ello la urgencia de la presencia de Dios y la de sus progenitores o quien haga de ellos en sus vidas; es esencial la comunicación, la paciencia y el deseo de disfrutar juntos esta etapa porque ambas partes tiene mucho que aprender para la vida.