Al contemplar a la Virgen María se nos da otra gracia: la de poder ver en profundidad también nuestra vida. Sí, porque también nuestra existencia diaria, con sus problemas y sus esperanzas recibe luz de la Madre de Dios, de su itinerario espiritual, de su destino de gloria: un camino y una meta que pueden y deben llegar a ser, de alguna manera, nuestro mismo…
Tener un detalle cada día a La Virgen María especialmente en este mes dedicado a ella, en las cosas ordinarias que realizamos cada día, hacen de ello una muestra de amor a la Madre de Jesús que nos la dejo por madre a nosotros. Realicemos nuestro deber con alegría y de manera extraordinaria para dar gloria a Dios.
Arrodillada frente a la cruz, esta mujer a quien llamaban María, una y mil veces me pasaba por su rostro helado, pálido, casi blanco.
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La Virgen se llamaba María.
El día sábado esta consagrado en honor de la Virgen María y el primero de cada mes especialmente al Inmaculado Corazón de María que es uno con el Corazón de Jesús, pues se formó en su seno y de ella aprendió las primeras palabras y a dirigir su corazón a Dios. Oremos nosotros confiados en tan digna y tierna madre.
La oración dirigida a la Madre desde un corazón sencillo, que habla buscando a Dios y no a sí mismo, es la forma en que el Padre Pío nos enseña a orar a la Virgen María.
En unos días celebramos la fiesta de la Inmaculada Concepción, este es uno de los dogmas de la Iglesia más complicados de entender para el protestantismo y en las sectas. Ellos afirman que María nunca pudo ser inmaculada, porque como cualquier ser humano tenía pecados.
Próximos a la celebración de la Virgen del Santo Rosario este domingo 7 de octubre, se presenta la oportunidad de redescubrir esta oración, que no solo muestra los misterios de la vida de Jesús y de la Virgen María, sino que fortalece la vida cristiana y concede gracias especiales que la misma Madre de Dios prometió a la humanidad. Aquí 10 consejos prácticos para rezar…
Pocos valores en nuestros días tienen menos defensores que la pureza. Es increíble como ya ni a los niños tienen resguardado este valor. Visto así la pureza de María nos sorprende y abruma por lo inimaginable.
Dicen los santos que hay que aprender a aceptar más el sufrimiento, puesto que por los frutos que da, es más provechoso para el alma que el placer. La oración es más sincera y humilde si nace de un corazón que sufre ya sea por el peso de sus pecados, ya sea porque es un corazón que sufre abandono y soledad, ya sea que es probado…