Ofrecer, reparar, colaborar con la gracia divina
«Esta mañana, en la misa del alba, he llorado por usted, amiga mía. He pedido a Jesús y a María que tomen de los tormentos de mi pasado lo que haya de más meritorio y se lo apliquen buenamente, se lo apliquen con fuerza y poder, para alegría de su cuerpo y gloria de su alma.