Oh Señor Jesucristo, que tuviste una terrible agonía en el huerto al ver todos los pecados de la humanidad, y que para expiarlos te sometiste a un juicio sacrílego, a la sangrienta flagelación y a la burla de la coronación de espinas; que aceptaste la condena deicida y llevaste tu cruz con crueles dolores hasta el Gólgota, donde padeciste la crucifixión y la muerte por nuestra salvación; Yo clamo a Ti pidiendo el perdón de mis pecados y las gracias que necesito, especialmente ………………………

 Por mi parte, propongo enmendar mi vida y meditar frecuentemente en esos padecimientos, junto con los de tu Santísima Madre Corredentora, a quien ruego su intercesión.

Y con su ayuda te alabo y agradezco tu imagen y tu advocación, que me recuerdan tu amor infinito.

 ¡Señor Jesucristo, Consuelo de los afligidos, confío en Ti!

 

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