Jesús, divino Maestro, te adoramos como al amado del Padre, único camino para llegar a él. Te damos gracias porque te has hecho nuestro modelo; nos has dado ejemplo de santidad e invitado a todos a seguir tu mismo camino. Te contemplamos en los diversos momentos de tu vida terrena; dócilmente nos ponemos a tu escuela, abrazamos todas tus enseñanzas y rechazamos toda actitud que no sea conforme a la tuya. Atráenos a ti, para que busquemos únicamente tu voluntad, siguiendo tus huellas y renunciando a nosotros mismos. Acrecienta en nosotros la esperanza activa y el deseo de asemejamos a ti, para que al final de la vida podamos poseerte por toda la eternidad.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros.