Jesús, divino Maestro, te adoramos presente en la Iglesia, tu cuerpo místico y sacramento universal de salvación. Te damos gracias por habernos dado esta madre infalible e indefectible, en la que tú sigues siendo para los hombres camino, verdad y vida.
Te pedimos que los no creyentes se acerquen a su luz inextinguible; que vuelvan los que se han apartado de ella, y todos nos unamos en la fe, en la esperanza y en el amor. Fortalece a la Iglesia, asiste al Papa, santifica a los sacerdotes y a cuantos se han consagrado a ti. Jesús Maestro, hacemos nuestro tu anhelo: que haya un solo rebaño y un solo pastor, para que todos nos reunamos en tu reino glorioso.
Jesús Maestro, camino, verdad y vida, ten piedad de nosotros.