«Ante las dudas sobre ti respondiste con el perdón.
Ante la persecución y las muchas murmuraciones respondiste con el perdón.
Ante la insidia y la impía ofensa, respondiste con el perdón.
Ante la infamia de la conspiración contra el Justo, respondiste con el perdón.
Ante la traición y el dolor que conlleva, respondiste con el perdón.
Madre de la Misericordia, tu corazón bondadoso rebosa de clemencia, por ello te imploro que me obtengas el perdón por los muchos males que he hecho, y también, i oh Madre! enséñame a perdonar como que ante tantos males que te hicieron, hasta arrebatar de lado a tu divino Hijo, siempre respondiste con el más magnánimo perdón, amén.»