Yo te adoro, divino Corazón de Jesús, Rey universal de las naciones y dueño absoluto de todas las cosas. Tú eres Jesús, el Santo, Tú el Señor, Tú nuestro único Dios, que en los excesos de una incomprensible bondad nos has colmado de beneficios. Pero ¡ay! en vez de corresponder con gratitud, hemos pecado, Señor, hemos obrado la iniquidad, nos hemos apartado de tus juicios y mandamientos.
No mires, ¡oh Dios piadosísimo! nuestras faltas, sino sólo tus misericordias. Aparta de nosotros tu ira y aléjense tus castigos de este pueblo.
Señor, por todas nuestras iniquidades,
Por los pecados de nuestros compatriotas,
Por los extravíos de los legisladores,
Por las culpas de los magistrados,
Por los delitos de los padres de familia,
Por las culpables cobardías de los católicos,
Por las públicas apostasías y traiciones,
Por las maldades de todo nuestro pueblo,
Por todas las impiedades y blasfemias,
Por todos los perjuicios y sacrilegios,
Por la profanación de las cosas santas,
Por la persecución contra la Iglesia,
Por las injurias hechas al Romano Pontífice,
Por el odio contra tus ministros y Sacerdotes,
Por los excesos licenciosos de la prensa, cine y televisión,
Por todos los crímenes políticos,
Por todas nuestras iniquidades,
¡Para nosotros, Señor, la vergüenza y confusión, porque hemos pecado!… ¡Sólo para Ti la gloria y bendición!…
Ahora, pues, Dios de infinita bondad, inclina hacia nosotros tus labios y salva a tu pueblo, sobre el cual se invoca tu Santísimo Nombre y apresura el día dichoso en que todas las naciones se consagren a tu divino corazón.
Mira, ¡Oh Padre celestial! Desde tu santuario y desde tu excelso trono a la Víctima santa que se inmola incesantemente por nosotros, al amantísimo Corazón de tu Hijo, y, por los méritos de su Sangre preciosa, líbranos del poder de los impíos y manifiesta que es feliz y socorrido el pueblo que recurre a Ti, en nombre del Corazón de Jesucristo, que contigo y en unión del Espíritu Santo vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
V/. Alabados sean los Sagrados Corazones de Jesús y de María,
R/. Por los siglos de los siglos. Amén.
ORACIÓN
Corazón adorable de mi Jesús Sacramentado, esperanza y fuerza de mi alma, me fío de Ti.
Te fío el cuidado de todo lo que me está confiado, alma y cosas, negocios del tiempo y de la eternidad. Cuento con tu luz para iluminarme, con tu fortaleza para sostenerme.
Me fío de Ti para que me ayudes a llevar mi cruz. Que en ella encuentre la unción de tu gracia.
Me fío a Ti, esperanza de mi última hora. Haz que después de haberme habitualmente fiado de Ti, tenga la dicha de despertarme en el éxtasis del eterno amor.
Corazón de mi Jesús Sacramentado, me doy, me entrego, me abandono totalmente a tu misericordia, a tu amor, a tu intimidad. Amén.