Una amplia actividad se ha desplegado en la segunda mitad de febrero en el Vaticano, con el sello muy personal del papa Francisco.

Por una parte, el Papa quiere fortalecer la participación y la colegialidad como se ha visto en la convocatoria para los días 20 y 21 de febrero del Consistorio no público de cardenales de todo el mundo, a quienes ha pedido sus opiniones sobre el tema de la familia, y que servirá de base para el estudio del próximo Sínodo Extraordinario sobre la Familia a celebrar en octubre próximo. El día 22 se celebra en el Vaticano otro Consistorio público para la creación de 16 nuevos cardenales.

La línea del papa Francisco busca el sentido positivo y atractivo de la familia

Salvador Aragonés

El padre Lombardi, portavoz de la Santa Sede, manifestó que no hay que esperar conclusiones concretas del Consistorio. La ponencia del mismo ha sido escrita por el cardenal alemán, Walter Kasper, presidente emérito del Pontificio Consejo para la Unidad entre los Cristianos. El documento es reservado porque se trata de un documento de estudio. El padre Lombardi ha dicho que el texto de esta ponencia está en «gran sintonía» con lo que ha dicho el papa Francisco.

Las opiniones recogidas en este Consistorio no público, más los resultados y estudios sobre la encuesta que envió el Papa a todos los obispos y fieles, serán la documentación base para el Sínodo de este año. Como es sabido, el año próximo se celebrará otro Sínodo, de carácter ordinario, para seguir tratando el tema de la familia, que como se ve es un tema central del actual Papa, igual que la reforma de la Curia Romana y la práctica de la austeridad y amor a los pobres de todos los creyentes.

Han asistido al Consistorio no público 150 cardenales de todo el mundo, que no son todos, pues no han podido asistir por impedimentos de salud, edad u otras circunstancias unos 30 cardenales, casi todos ellos mayores de 80 años. Por otro lado, el papa Francisco se ha reunido con los cardenales del G-8 que estudian la reforma de la Curia Romana, y han aprobado constituir un organismo análogo a una congregación o dicasterio sobre las finanzas del Vaticano.

¿Qué puede aportar hoy la doctrina de la Iglesia en el tema de la familia?

Es evidente que las circunstancias en las que una familia se mueve en la sociedad actual poco o nada tienen que ver con una familia de hace 50 u 80 años. Según el padre Lombardi, los cardenales analizaron el «gran compromiso de lograr conjugar de la mejor forma posible el tema de la fidelidad al mandato de Cristo» al de la misericordia y al de la atención «pastoral a las personas y a las diferentes situaciones» familiares, así como valorar que «la dimensión jurídica y la pastoral no están en contradicción».

Sin embargo, en este Consistorio no fueron tratados los temas de la contracepción ni el de las parejas del mismo sexo. Como decía Benedicto XVI sobre el matrimonio, es necesario conjugar el laxismo con el rigorismo, y esto se hace en el «sacramento de la penitencia, que podría ser la senda para dar cabida a las situaciones difíciles».

El papa Francisco, que siempre busca lo positivo en las personas y en los acontecimientos, ha dicho que es necesario redescubrir la «belleza del matrimonio y de la familia», la cual es «la célula básica de la sociedad humana», pues la verdad se acepta mejor a través de la belleza. O sea estudiar «lo que hay de bello, auténtico y bueno» en la familia, sin ignorar sus dificultades, fatigas y sufrimientos, «sin caer en casuísticas que rebajarían el nivel de nuestro trabajo». «Hoy la familia es despreciada, maltratada», y por lo tanto hay que destacar «lo bello» en ella, pues el Creador «ha bendecido desde el principio al hombre y a la mujer para que fueran fecundos y se multiplicaran sobre la tierra».

El jueves 20 de febrero el Papa envió un mensaje a la Pontificia Academia para la Vida, que estudia en asamblea plenaria la defensa de la vida en el «envejecimiento y discapacidad». El Papa defendió de nuevo las bases antropológicas en las que se asienta el hombre, y ha dicho: «la salud es sin duda un valor importante, pero no determina el valor de la persona. La salud no es una garantía de felicidad: ésta, de hecho, puede abundar en personas con problemas de salud. Por lo tanto, la falta de salud y la discapacidad no son una buena razón para excluir, o peor aún, para quitar de en medio una persona». Y añadió que el mayor sufrimiento de las personas mayores no es su salud, ni la discapacidad, ni el debilitamiento del cuerpo, «sino el abandono, la exclusión y la privación de amor».

El Papa, que en ningún momento habla de eutanasia ni de aborto sino del valor de la vida, y afirma que «en nuestra sociedad existe la tiranía de una lógica económica que excluye y a veces mata, y de la que muchas personas, especialmente mayores, son víctimas hoy».

Precisamente es en el seno familiar donde más se valora «la vida de las personas, incluso en la vejez, en la discapacidad, en la enfermedad grave o incluso cuando se está apagando». Es «necesario escuchar» cada vez que se «quiera leer el signo de los tiempos a los jóvenes y a los ancianos». La familia enseña a no caer en el individualismo y a «equilibrar el yo con el nosotros». En la familia se aprende a no caer en la discriminación de las vidas humanas por la pérdida de la salud.

Queda claro que la línea que sigue el papa Francisco está en buscar el sentido positivo y atractivo de la familia y del matrimonio, y desde esta visión analizar toda la familia en el mundo y descubrir sus valores y sus fallos en los distintos comportamientos y situaciones del mundo.

http://www.familiam.org

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