Por el peregrino Aldo Sierra.

Desde las playas de plata de mediodía o de oro al morir el sol, desde las montañas y valles de un verde espeso o desde las arenas candentes del árido desierto de Judá, les iré enviando mis saludos y postales, queridos amigos creyentes.

Estamos por iniciar un viaje que llevará nuestros pasos por los santos lugares, mismos que pisaron las plantas sagradas de Jesús. Veremos aquello que vieron sus ojos, percibiremos aromas que deleitaron el sentido de su olfato, y degustaremos sabores que probó su paladar.

Este peregrino los saluda y los invita a adentrarse en este maravilloso mundo.

Nuestro viaje nos llevará a varias estaciones sagradas. Iniciaremos en Cesárea del Mar, continuaremos nuestro viaje en Galilea, la patria de Jesús, luego bajaremos a Jericó, oasis en medio del desierto y entrada a la tierra prometida. Visitaremos luego las misteriosas y fascinantes cavernas de Qum Ram, nos introduciremos en las espesas aguas del onírico Mar Muerto, subiremos a Belén y haremos campamento aquí, en este lugar donde nació Jesús. Recorreremos la Ciudad Santa de Jerusalén y concluiremos nuestro viaje en Emaús, lugar pascual por excelencia. El viaje será largo, ojalá podamos gozar este peregrinaje, y disfrutemos los diferentes momentos del mismo, espero que soportemos también el calor o la sed de los lugares áridos y que podamos, al final, llegar al lugar de encuentro con Cristo Resucitado: Emaús.

Les deseo lo mejor en este recorrido, acompáñenme sobre todo con fe, que ella será el callado de nuestros pasos durante el día y nuestra lámpara en la oscuridad…

Aleluya, el Señor está vivo!

Primera Postal: Cesarea del Mar

Hola amigos, curiosamente les mando mi primera postal de Tierra Santa desde una playa (muy bonita) y no desde una ciudad o museo importante. He llegado aquí en un barco que partiendo del puerto de Trieste en Italia tendría que haber arribado a su destino en el moderno puerto de Jafa, al norte del mediterrano israelita, pero yo, al ver la cercanía de este otro antiguo puerto, Cesarea del Mar, no aguanté mis ganas de acercarme. Arrojé mi pequeña mochila al mar y luego me aventé a las aguas alcanzando mi equipaje y nadando hasta la orilla de esta playa para comenzar así el recorrido por estos lugares.

Cesarea Marítima, el más grande puerto comercial del Israel en tiempos de Jesús, se ubica en el centro occidente del país. Cesarea, residencia de Reyes, puerto de unión entre el antiguo oriente y occidente. Enorme es su acueducto, construido por Herodes el grande. Desde esta playa partió Pablo a su cuarto y último viaje. Encadenado, el Apóstol de los gentiles viajó a Roma para ser procesado por incitar al pueblo, según sus acusadores. Su custodio relata lo siguiente: “subimos a bordo de un barco de Adramitio que se dirigía a las costas de la Provincia de Asia y nos hicimos a la mar… todos comenzaron a llorar, abrazaban a Pablo y lo besaban; estaban tristes porque Pablo les había dicho que no lo volverían a ver. Después lo acompañaron hasta el barco…” ( composición a partir de: Hechos 27, 2 y Hechos 20, 37-38).

Esta escena conmovedora nos recuerda la partida de este gran Apóstol a un viaje sin retorno. Cesarea es un lugar de desgarros, de rompimientos, de dejar lo viejo e iniciar algo nuevo.

Cesarea es también el lugar en que Pedro, en casa de Cornelio, aprendió que todo cuanto Dios hizo es puro. El relato de la visión de Pedro que aprecia diferentes animales comestibles bajando del cielo es maravilloso y muestra toda la grandeza de la creación puesta al servicio del ser humano (el capítulo 10 de los Hechos de los Apóstoles recoge el relato completo).

Yo estoy aquí amigos, frente a este mar inmenso. Me pregunto ¿qué quiere Dios de mí, ¿a qué debo renunciar y morir?, ¿qué es lo nuevo que debo dejar entrar en mi vida..? ¿de qué me debo deshacer aun cuando el consumar este acto me duela?

Cesarea del Mar, lugar de rompimientos, de desgarros, de cambio de espíritu, de dejar aquello que me esclaviza y de iniciar un camino de liberación….

En realidad no está mal comenzar el viaje aquí, pues para ello nos despojamos de todo aquello que nos pueda estorbar en el camino…

Cesarea del Mar nos recordará siempre esta consigna: “ve y rema, deja atrás lo que en el pasado te ha esclavizado y sé libre en el seguimiento del Señor”.

Queridos amigos, hasta luego. Les deseo lo mejor desde aquí, un abrazo y saludos a todos. Ya me estaré reportando desde la siguiente estación con otra postal, espero les guste. Cuídense!

Suyo: Aldo

 

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