Junio: la solidaridad en las ciudades
El Papa Francisco como dice un autor no actúa para la historia sino para resolver los problemas,
y este mes de junio no invita a contemplar y a actuar con nuestros hermanos ancianos y abandonados, a todos en algún momento nos ha tocado observar a esos llamados invisibles y sin oportunidades de nuestras grandes ciudades, es fácil comenzar con un «buenos días» o una sonrisa, quizá al principio no sea respondida pero si lo intentamos nuevamente podremos lograrlo.
Hay muchos videos que nos muestran cómo hemos llegado a ser tan fríos e indiferentes a las necesidades básicas del ser humano como lo es el alimento, el vestido, el cariño, la mirada, la presencia… olvidando que ello nos une al corazón de los hombres nuestro hermanos y al mismo tiempo al Corazón de Dios, especialmente en este mes de junio dedicado a honrarlo en el prójimo.
No tardemos, el Corazón de Jesús no cesa de llamar a nuestro corazón para descubrirlo en quien nos necesita, cada persona tiene un nombre, una historia, y es preciso ayudarle a sentir esa caricia de Dios en su corazón a través de tu generosidad, viviendo las obras de misericordia, teniendo presente que sólo por medio de ellas llenamos de amor nuestro presente y el de los demás. Ayudemos a propiciar la cultura del encuentro a la que nos invita el Papa.
Y si tienes oportunidad de hacerlo replicar con tu familia, amigos, vecinos tengan iniciativas, las generaciones de hoy tienen grandes ideas y la experiencia de los mayores también puede darle consistencia a estas provechosas acciones, no se necesitan grandes cosas o mucho dinero, una acción nacida del corazón para los demás tiene su propia recompensa.
En una ocasión unas chicas le compraron una torta a un pequeño de la calle y una amiga me dijo. «Hey, nos toca el refresco» y así lo hicimos, es grato compartir lo que tu tienes opción de disfrutar y más bello aún la alegría que puedes despertar en ese hermano.