Nada hacía suponer entonces que Monthita pudiere convertirse a la fe católica, pero a fines del año 2003 conocería a una familia francesa que marcaría su alma… “Ellos eran muy religiosos y quedé muy impactada por el relato que me hicieron de las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Marguerite-Marie Alacoque en el Santuario Paray-le-Monial”.
¿Quién eres Jesús?
Recuerda la joven que en un primer momento se confundió durante el relato y pensó que ese era un lugar “donde Jesús se había aparecido a su madre, María”. Sintió que era un privilegio enterarse de esto y en su mente, dice, solo anhelaba visitar ese lugar. “A partir de ese momento, oré para ir allí un día”, recuerda la joven.
Comenzó gestiones y algunos meses más tarde Monthita llegó a Francia para aprender francés mientras trabajaba como au pair (servicio doméstico). Al poco tiempo la joven budista se inscribió para ir a un retiro espiritual durante el verano, julio de 2004, organizado por la Comunidad de Emmanuel, animadora de la fe en el Santuario. “Tenía muchas ganas de ir, sin entender bien el por qué. Aunque era una budista muy observante, quería rezar con los cristianos”.
Enamorada del Sagrado Corazón
El 15 de abril del año 2006 la joven tailandesa recibió el bautismo y eligió por nombre Marguerite-Marie, la santa que tanto había marcado su proceso de conversión. El 10 de agosto de ese año regresó a Tailandia, trabajó en un vivero, también en la Alianza Francesa y su tiempo libre lo dedicaba al apostolado con la Asociación Points-Cœur. Cada fin de semana se iban a barrios pobres para catequizar niños. Pero en su corazón ella anhelaba regresar a Paray ante el Sagrado Corazón de Jesús.
Testigo del amor de Dios
“Yo oraba por esta intención y cuando mi madrina francesa me propuso ir a Paray-le-Monial, para formarme en la École internationale d’évangélisation de la Comunidad del Emmanuel, acepté de inmediato, lo dejé todo. Le dije a mi hermana que quería ir a Francia para estudiar la vida de Jesús y la Biblia. Ella no estaba contenta y me preguntó: «¿Es importante hacer eso?» Le respondí: «Sí, para mí es muy importante, es mi vida»».
Con la ayuda de amigos obtuvo un billete de avión, luego su visa y partió a Francia a fines del año 2008 para lo que Dios tuviera dispuesto. Fueron nueve meses de fiesta con Jesús mientras se formaba.
Hoy Marguerite-Marie Monthita es una católica que vive en su país de origen comprometida en transmitir a otros la fe que ella recibió por gracia. “Mis amigos budistas a menudo me preguntan el por qué siempre sonrío y les respondo que: «Estoy feliz, porque sé que Dios me ama. ¡Y a ti también te ama! Cuando creas en él, serás feliz»».