Yo te adoro, Señor y Creador, escondido en el Santísimo Sacramento. Yo te adoro por todos los trabajos de tus manos, que tú me revelas con tanta sabiduría, bondad y misericordia, O Señor.

Tú has esparcido tanta belleza sobre la tierra y esta me habla de tu belleza, aunque estas cosas hermosas son apenas una reflexión vaga de ti, belleza incompresible.

Y aunque Tú te has escondido y has escondido tu belleza, mis ojos, iluminados por la fe, te alcanzan y mi alma te reconoce como su creador, su más altísimo bien, y mi corazón está completamente sumergido en oración. Amén

 

Comparte:

About Author