La joven etíope Almaz Ayana se convirtió este viernes en la primera reina del atletismo de los Juegos Olímpicos de Rio 2016 al pulverizar en la final de los 10.000 metros el récord mundial de esta disciplina en más de catorce segundos.

Almaz Ayana: «Rezo mucho y Dios me da todo. Mi dopaje es mi entrenamiento y mi fe».

Preguntada sobre qué pensaba sobre esas dudas [por dopaje]que plantea un registro que superó en más de catorce segundos, un récord que databa de 1993, Ayana no esquivó la cuestión.

«Mi dopaje es mi entrenamiento y mi fe»
«Tengo tres cosas que decir», señaló. «La primera es que me he entrenado específicamente para el 10.000 metros, la segunda es que rezo mucho y Dios me da todo. Mi dopaje es mi entrenamiento y mi fe. Y la tercera es que estoy limpia como el cristal», dijo la atleta de 24 años que estableció el viernes un tiempo de 29 minutos, 17 segundos y 45 centésimas,

Campeona del mundo de 5.000 metros en 2015, Ayana atacó justo después del quinto kilómetro (14:46.9) para iniciar una carrera contra el reloj y pulverizar la antigua marca (29:31.78), que pertenecía a la china Junxia Wang, desde el 8 de septiembre de 1993.

Ayana ha comenzado a escribir su propia historia en el medio fondo. El récord del mundo de 5.000 metros (14.11.15), en posesión de Tirunesh desde 2008 en Oslo le espera con los brazos abiertos. “Eso puede esperar unas semanas. He venido a Rio por el doblete (10.000m/5.000m)”, recordó Ayana.

Y ese logro parece alcanzable para la “Libélula” Ayana, sobrenombre acuñado por su esposo y entrenador, debido a que vuela, desafiando las leyes de gravedad, sin cansarse. Por supuesto, ahora sabemos de dónde proviene su fortaleza, aguante y rapidez…

Fuente: RELIGION  EN LIBERTAD

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