Una visita de pésame a Nuestra Señora acompañándola en su regreso del Calvario.

Este  CAMINO DE RECUERDOS es para acompañar a NUESTRA SEÑORA en su regreso del  CALVARIO  la tarde del VIERNES SANTO o en sus horas de soledad el SÁBADO SANTO.

Se pueden recorrer en sentido inverso, las catorce ESTACIONES DEL VIACRUCIS, escuchando o meditando el RECUERDO que evoca  en cada una de ellas la misma SANTÍSIMA SEÑORA

+ FERNANDO ROMO G.

Torreón, abril de 1981.

PRESENTACIÓN

En esté día, Señora, en que se juntan en tu alma  la más hondas de las soledades y las más altas de las esperanzas, venimos a visitarte y a llorar contigo,  avivando el recuerdo sangriento del Hijo que llevaste al calor de tus entrañas y que hoy dejas encerrado  en el  seno frío de la tierra.

Señora: somos los hombres, los culpables que en la cruz lo suspendimos; y no nos atrevemos ni a presentarnos ante Ti, si no hubiéramos oído en el Calvario el secreto máximo que el Corazón de tu Hijo reservó hasta sus últimos momentos: “Que eras nuestra Madre y que nosotros éramos tus hijos”.

Permítenos,  Señora, acompañarte en el triste retorno por las calles de la amargura, caminando junto a Ti mientras tu Corazón suspira y tus ojos lloran y tus manos tocan los rastros sangrientos del Hijo que hoy has entregado en manos de su Padre.

Abre, Señora, tus labios y unge en esta hora amarga nuestras almas, con el bálsamo de tu recuerdo.

ESTACIÓN  14a.

PRIMER RECUERDO: SU SEPULCRO

Jaculatoria: Madre llena de dolor,  haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.

“Atiendan y vean si hay dolor tan grande como mi dolor”. Una loza fría separa mi Corazón del suyo y mis ojos hechos para mirarse en los suyos no encuentran la luz.  Están en tinieblas. Oh loza envidiosa que me privas de mi vida.   ¡Oh Sepulcro dichoso que lo guardas, aunque muerto! Recibe mis parabienes y mis besos,  pues ahora es tu seno el bendito de Dios.

-Comprendemos, Señora tu dolor. Jesús está sepultado, bajo la loza fría. Te falta la luz y la vida. Más si hemos de morir con El en esta vida, quisiéramos vernos descansando en el recinto de tu seno purísimo.

Ave María…

Palabra del Señor: “¿Acaso no sembraste buena semilla en tu campo?”. Mt. 13, 27.

Pequé, Señora, pequé; pecamos y nos pesa haberlo ofendido pues padeció por nosotros. Bendito y alabado sea para  siempre tan gran Señor.

ESTACIÓN  13a.

SEGUNDO RECUERDO: SU CUERPO

Jaculatoria: Madre llena de dolor,  haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al  Señor.

“Aquí lo tuve en mis brazos como de Niño dormido. Que distinto me lo entregaron los hombres, de aquél que yo misma les di en Belén. Amasado de azucenas se los di; pisoteado y enlodado me lo devolvieron. Se los di como luz en media noche me lo entregaron en tinieblas  al medio día”.

-Pero nosotros, Señora así lo queremos ver:  Hecho flor de redención, en el hueco de tus brazos mientras tu corazón lo embalsama con la mirra perfumada de tu amarga resignación.

Ave María…

Palabra del Señor: “…y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros”. Jn. 1, 14.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

 

ESTACIÓN  12a

TERCER RECUERDO: SU MUERTE

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al  Señor.

“Mis ojos quieren nublarse y en mis oídos hay gritos y alaridos y blasfemias. Pero hay también el recuerdo del gran regalo de mi Hijo: siete palomas salieron de sus labios moribundos; dos de perdón    se posaron sobre sus crueles verdugos y sobre el buen compañero de su último suplicio; una me hablo de los hombres, como si fueran mis hijos; otra se fue a traer agua para sus labios sedientos; y tres volaron al Padre llevando en su vuelo a mi Hijo. Yo soy la Madre, y El es el Padre.  Su voluntad se ha cumplido”.

-Perdón, Señora perdón. Presentes aquí estuvimos para causarle la muerte y presentes hoy estamos para lograr por tu medio perdón para nuestros pecados y muerte para nuestros vicios.

Ave María…

Palabra del Señor: “Hecho obediente hasta la muerte y muerte de cruz”.  Flp. 2,  8.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN 11a.

CUARTO RECUERDO: SUS CLAVOS.

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al  Señor.

“Aquí clavaron sus manos, allí clavaron sus pies, y aquí lo alzaron en alto ante las burlas del pueblo, racimo bien pisoteado  en un tronco retorcido. Y mis ojos se clavaron en los suyos y los suyos en mi alma que siento llevar clavada en igual martirio. ¿No ves brotar en mis ojos la sangre de tantos clavos?”.

-Deja, Señora que desclavemos esos clavos de tu Corazón herido, aunque quedemos clavados nosotros en el leño duro y cruel del humano sacrificio, con tal de quedar contigo.

Ave María…

Palabra del Señor: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y meto mi dedo en el lugar de los clavos… no creeré” Jn 20, 25

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN 10a.

QUINTO RECUERDO: SU TÚNICA

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al  Señor.

“Con mi cariño de Madre y con mis manos, yo misma le había tejido su túnica. Se la vestía con esmero, con cuidado y  con afecto; y aquellos crueles sayones se la arrancaron con saña y se la rifaron entre ellos. La túnica de su Cuerpo  yo se la había hecho primero”.

-Y esa túnica, Señora, la llevamos desde entonces nosotros los delincuentes; y nos calienta y defiende del enemigo y de la muerte, porque es Túnica de Gracia y es el vestido nupcial que de seguro nos franqueará las puertas del Banquete Sempiterno.

Ave María…

Palabra del Señor: “Es la túnica de mi Hijo; una fiera lo ha  devorado”. Gén. 37, 33.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y ….

ESTACIÓN 9a.

SEXTO RECUERDO: SU ÚLTIMA CAÍDA

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.

“Tropezó en esa piedra y su clarísima frente que ideó el universo, aquí se golpeó, lo recuerdo. Dicen que cayó tres veces, pero ¿verdad que en el mundo hay muchos que viven cayendo, y más veces que mi Hijo?”.

-Sí, Señora, las caídas de los hombres son incontables como las gotas del mar y las arenas del desierto. Pero por más que ellas sean casi infinitas, tú, Madre del Omnipotente, enséñanos a levantarnos como se alzó tu Jesús. Nos costará sangre y lágrimas, pero sólo así continuaremos.

Ave María…

Palabra del Señor: “…y  se acordó Pedro de la palabra de Jesús y saliendo afuera lloró amargamente”. Lc. 22, 62.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN 8a

SÉPTIMO RECUERDO: LAS MUJERES

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.

“Aquí fue; en esta encrucijada de las calles lo salieron a encontrar unas mujeres con sus pequeños en brazos. Con ternura de mujeres supieron llorar por El y con fortaleza de madres supieron escucharlo a El. A otra mujer junto a un pozo le pidió un día de beber, y a las que aquí le ofrecieron el torrente de sus lágrimas las conmina: no lloren por mí, lloren por sus hijos”.

-Me mandaste llorar por Ti Hijo mío. ¡Te lloro por que eres mi Hijo!”.

-Llora Madre, por Jesús, pero llora más por nosotros los que quisimos por cobardía segar la mirad de Aquél que era para Ti la pupila de tus ojos. Llora por nosotros los hijos que tienes en este valle de lágrimas. Si no lloras, nos sentiremos muy huérfanos.

Ave María…

Palabra del Señor: “Lo seguía una multitud de mujeres que se herían y lamentaban por El”. Lc. 23, 27.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN 7a.

OCTAVO RECUERDO: SU SEGUNDA CAÍDA

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al      Señor.

“Aquí cayó mi Hijo por segunda vez. Le faltaban las fuerzas, le flaquearon las piernas y se doblegó su Cuerpo sin poder ya sostenerse. Y no hubo más que látigos para su Espalda Sagrada y no hubo más  que insultos a su Honor… Mas no pude levantarlo porque yo también desfallecía…”

-No pudiste levantarlo, Madre y Señora, porque cargaba en su Cuerpo las culpas de todos los hombres, las culpas de todos los tiempos. Esa caída y tu pena nos animan a resistir con tesón, para no aumentar el peso de su Cuerpo y de su Cruz.

Ave María…

Palabra del Señor: “Llevaba sobre sí los pecados de todos”. Is. 53, 12.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN 6a

NOVENO RECUERDO: SU FAZ EN EL LIENZO

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al Señor.

“Yo le había ofrecido al Padre el lienzo blanco de mi cuerpo y El me dejó su Imagen encarnando en mí a su Verbo. Y Este dejó aquí ensangrentada su faz en el blanco velo que una mujer le ofreciera. Porque mi Hijo no deja a nadie sin recompensa y se queda bien pintado en el alma que a El se  acerca”.

-En su faz adivinamos la hermosura de su rostro y en nuestros rostros lo vemos afeado por el cieno de nuestras culpas sin cuenta. Muéstranos Señora, su rostro y en el lienzo de nuestra alma haz que se quede grabado, aunque nos sepa a sangra y a hiel y a salivazos; y también a desprecios y deshonras.

Ave María…

Palabra del Señor: “Tan desfigurado estaba su rostro que no parecía ser hombre”: Is. 52, 14.

“No hay en El parecer, no hay hermosura que atraiga las miradas”. Is. 53, 2.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y…

ESTACIÓN 5a.

DÉCIMO RECUERDO: EL AMIGO INESPERADO

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al  Señor.

“Fue al salir por esta puerta de los muros donde obligaron a un hombre a ayudar a mi Hijo con la Cruz. Temían que se les muriera. El hombre tomó la Cruz vomitando maldiciones, pero ante los ojos de mi Hijo, después de unos cuantos pasos, ya iba bendiciendo a Dios. Así hace sus amigos mi  Jesús.

-Acepta, Señora que hoy nosotros como Simón de Cirene compartamos contigo tu dolor y la Cruz de tus recuerdos. Pero pídele a Jesús que sea nuestro Cireneo en el camino tortuoso de esta vida a veces tan amarga y cruel.

Ave María…

Palabra del Señor: “El que no toma su cruz y me sigue no es digno de mí”. Mt. 10, 38.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN 4a.

UNDÉCIMO RECUERDO: EL ENCUENTRO

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al  Señor.

“Sólo el recordarlo produce en mí tristezas de muerte. Aquí me lo encontré por vez primera. Caminaba con la Cruz decidido y fuerte, a pesar de que ya el polvo y el sudor desfiguraban su frente. Sus ojos me miraron fijamente y mis brazos lo estrecharon con ardor. Si tenían fuego sus ojos, había un volcán en su pecho”.

-Con su extraña amalgama de dichas y de lágrimas, de hieles y de miel, ese encuentro nos dará esperanzas de encontrarlo a El; de encontrarte a ti también, Señora y Madre, en el camino durísimo del sufrimiento, cuando la voluntad del Señor nos mandé cargar la Cruz para seguirlo…

Ave María…

Palabra del Señor: “¿Y en qué se distingue tu amado, oh la más hermosa de las mujeres?”. Cant. 5, 9.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN 3a.

DUODÉCIMO RECUERDO: SU PRIMERA CAÍDA

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al  Señor.

“Dicen que aún antes de verlo ya había caído mi Hijo, a mis oídos llegaron desde lejos los denuestos, los gritos y los improperios. Desde el día que cayó de los cielos y lo recogí en el lecho de mi seno, nunca pensé que pudiera caer más bajo el Omnipotente… Que si los hombres no tienen miedo de caer en el lodo de sus vicios, al menos teman caer en la desgracia eterna”.

-Son muchos, Madre y Señora los que caen desde la cuna, y muchos los pisotean aun las flores tempranas de su inocencia. Pero tú refugio nuestro, aurora del nuevo día, levántalos compasiva con el recuerdo de este tu Hijo caído tan de mañana.

Ave María…

Palabra del Señor: “Envió Dios a su Hijo, nacido de  mujer”. Gál. 4, 4.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN  2a.

DECIMOTERCER RECUERDO: SU CRUZ.

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al  Señor

“Recuerdo que cuando Niño, Jesús siempre sonreía entre los leños que encontraba en el taller. Y estoy del todo segura que hubo en sus labios sonrisas al abrazarse a la Cruz. Ansiaba tanto encontrarla…”

-Así fue, Señora nuestra; adivinas lo que tus ojos no vieron. Fue allí, junto a aquel muro, donde Jesús se abrazó con su Cruz. Parecía realmente sonreír. Es que por más que pesaba, le consolaba saber que era mucho más lo que aligeraba el peso de nuestras cruces.

Y pensar que no aceptamos tan fácilmente el llevarlas…

Ave María…

Palabra del Señor: “El cual (Cristo), en vez del gozo que se le ofrecía, soportó la Cruz”. Heb. 12, 2.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

ESTACIÓN 1a.

DÉCIMO CUARTO RECUERDO: SU CONDENA

Jaculatoria: Madre llena de dolor, haz que cuando expiremos, nuestras almas entreguemos por tus manos al señor.

“Mucho es lo que sufrí en esa noche de angustias y mucho lo que pené durante el juicio de mi Jesús. A pesar de su inocencia fue condenado por el Juez. Pilato no era tan malo; lo hizo por cobardía: acusaban a mi Hijo de todos los delitos del mundo y tuvo miedo ante los gritos del pueblo. Yo ya le he perdonado. ¿Y ustedes?”.

-Es que fuimos todos, Señora: Pilatos, Judas y el pueblo; Anás, Caifás y nosotros; fuimos todos: los viles y los infames, los grandes y los soberbios. No nos toca perdonar, nos toca que nos perdonen.

Ave María…

Palabra del Señor: “El que de vosotros esté sin pecado, que tire la primera piedra”. Jn. 8, 7.

Pequé,  Señora,  pequé; pecamos y….

DESPEDIDA

Señora y Madre nuestra: hemos venido acompañándote en tu soledad y evocando a tu lado recuerdos tristes y dolorosos; hemos recorrido contigo paso a paso el camino de tu amargura.

Una noche te espera, larga y cruel, noche de angustia y de soledad, pero esperanzada con la promesa de que tu Hijo ha  de resucitar para dar a todos la vida.

Concédenos, Señora, que seamos los primeros de gozar contigo de la gloria nueva de la Resurrección de tu Hijo, y que esa tu tristeza se transforme en gozo, y que esas lágrimas de Madre Dolorosa se vean mañana iluminadas con la luz de la gloria, a fin de que sean signo para nosotros de un perpetuo Aleluya Pascual.

IFCJ

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