
Primer Domingo de Adviento, caminemos en La Luz del Señor
En este primer domingo de Adviento se nos invita, pues, a estar vigilantes. Dios da una fiesta en su montaña santa y todos estamos invitados a participar.
En este primer domingo de Adviento se nos invita, pues, a estar vigilantes. Dios da una fiesta en su montaña santa y todos estamos invitados a participar.
Lo, mismo que Lourdes es una fuente inagotable de Gracias, la Medalla Milagrosa es siempre el instrumento de la incansable bondad de la Santísima Virgen con todos los pecadores y desdichados de la tierra.
El significado espiritual y teológico de la fiesta de Nuestro Señor Jesucristo, rey del universo, que sirve de corona a todo el año litúrgico, aparece con claridad en la oración colecta con que se abre la liturgia de hoy.
El anuncio de Jesús no es una promesa de facilidades para quienes le sigan. Ni tampoco un anuncio de seguridades.
Jesús ya está en Jerusalén. Después de su largo «camino de subida» que nos ha presentado san Lucas, y que hemos ido siguiendo durante muchos domingos, las últimas escenas suceden junto al Templo y nos ayudan a reflexionar sobre el más allá, nuestro destino final.
Muchos hemos constatado que es verdad que “nadie puede llegar a una íntima unión con Dios si no es a través de la Santísima Virgen María.” (San Luis María Grignon de Monfort)
Ahora, el deseo es más íntimo!: ¡Queremos un Corazón Amigo, un Seno fuerte, un Huerto cerrado de oración callada y sin palabras!… “Al amparo del Altísimo, no temo el espanto nocturno”… Y también: “Protégeme Dios mío, que me refugio en Ti!… ¡Tú eres mi Dios!”…
Nos hace falta trabajar por la paz y qué mejor iniciando con la oración, pidiendo que a pesar de nuestras diversidades seamos tolerantes y aprendamos a disculpar y a perdonar.
El cristianismo comienza con la intervención de una Mujer: Dios Hijo viene al mundo encarnándose en el vientre de María previo consentimiento: de su “sí” al anuncio del ángel depende la salvación del género humano.
Pongamos ante los ojos de la mente el icono de María Madre que va con el Niño Jesús en brazos. Lo lleva al Templo, lo lleva al pueblo, lo lleva a encontrarse con su pueblo.