Si Dios quiere que perdone a mi padre que me dé la gracia
En una finca a las afueras de Bogotá, capital de Colombia, creció Verónica Cardona. Una niña inocente, con una vida en apariencia normal para toda la sociedad, que -según se decía en su familia- estuvo a punto de morir en manos de su abuela al nacer. Fue ella quien atendió el parto pues no contaban con un médico cerca en ese momento. Pero el nacimiento…