Un año nuevo, un año más que inicia ¿cuál es tu actitud? ¿alegría? ¿indiferencia? ¿entusiasmo? o tal vez ¿desánimo?
Te invito a echar una hojeada por tu cuaderno que acaba de terminar, te sugiero que no intentes hacer un balance de lo «bueno» y lo «malo», sino que cambies esa mirada escéptica por unas sencillas preguntas, por ejemplo:
¿cuales fueron mis mejores regalos en este año?
- el término de un curso escolar propio o de uno de tus hijos
- el logro de un trabajo o el de tu pareja o tus padres
- el pago de una deuda
- el cumplimiento de una promesa
- el inicio de un proyecto que siempre soñaste
Mirar la vida con agradecimiento, Dios se involucra en tu existencia aunque muchas veces pase desapercibido por ti, Él nunca te olvida, jamás te reprocha, al contrario se alegra por que cada minuto que avanza es una posibilidad llena de esperanza para algo nuevo, no importa si lo mereces o no, Dios es así: amor y misericordia.
¿cuales fueron mis mejores lecciones?
- ser despedido del trabajo
- tener rebaja en el sueldo por impuntualidad
- perder a un ser querido
- terminar una relación
- tener una deuda
Todo momento desesperante tiene su área de oportunidad, como decía la madre Teresa de Calcuta ante las dificultades, «son regalos de Dios» y esa frase tan conocida que dice «Dios te quita algo bueno porque desea darte algo mejor,» aquí lo importante es tu actitud ante la vida, levantarte cada vez que caes, no importa cuantas veces sean ni que tan fuerte fue la caída. No es el fin, sino el inicio de una nueva aventura de trabajo, de retos por mejorar, de fortalecer la fe en Dios, de buscar nuevas oportunidades o descubrir un motivo por el cual luchar.
¿a que estoy dispuesta (o) este inicio de año?
- disfrutar cada momento de alegría, enojo, felicidad o tristeza
- ser positiva(o) a pesar de que todo sea contrario
- poner alma, vida y corazón en todo lo que hago
- detenerme uno o más momentos al día para escuchar o sonreír a alguien
- hacer un favor todos los días
La actitud cambia todo, no importa que «tengo ganas o no», recuerda que los sentimientos no son ni buenos ni malos, existen para algo y con cada uno de ellos puedo crear algo amoroso para Dios; buscar el lado luminoso de cada situación, evita la crítica y la murmuración; recuerda que lo que no te interesa te estresa, lo que te gusta se vuelve tu pasión.
Cada minuto bien vivido te da la certeza de vivir para lo que fuiste creado: ser feliz y esto sólo se logra cuando reconoces que hay Alguien que te sobrepasa tu pequeño ser y te mira con un amor que no conoce límites, confía que Dios está de tu lado.
¡Feliz inicio de año y que Dios lleve a buen término lo que Él mismo ha comenzado en ti!