Tomadas del Devocionario dedicado a la Madre Santísima de la Luz, por el P. Gabino Chávez
SALVE
Dios te salve, Virgen,
Del Empíreo Reina,
Dios te salve, Madre
De la Luz excelsa;
Dios te salve, Vida
De las almas muertas,
Y dulzura suave
Y esperanza nuestra.
Tú entre las borrascas
De esta vida incierta
Eres para todos
Cual polar estrella
Porque nos alumbres
Entre las tinieblas,
A Ti levantamos
Voces lastimeras,
Como desterrados
Tristes hijos de Eva.
A Ti suspiramos:
Oye nuestras quejas;
En el hondo valle
De llanto y miseria,
Gemir a toda hora
Y llorar es fuerza.
Ea, pues, Señora
Y abogada nuestra,
Vuelve hacia nosotros
Tus miradas tiernas.
Las luces brillantes
De tus ojos sean,
El dulce consuelo
En tanta tristeza.
Sientan los influjos
De esas dos estrellas
Los perseguidores
De la santa Iglesia.
Míralos, ¡oh Madre!
Porque se conviertan;
Y a nosotros mira
Porque no nos venzan;
Y cuando el fin llegue
De nuestra carrera,
Término dichoso
El destierro tenga.
Y entonces ¡oh Madre!
A la luz más bella
De tu vientre el fruto
A Jesús nos muestra.
¡Oh Virgen clemente!
¡Oh piadosa y tierna!
¡Oh dulce y amable,
Suave y halagüeña!
Madre de las luces,
Por nosotros ruega,
Para que el pecado
No nos oscurezca.
Y que conducidos
Por la luz eterna,
De Jesús logremos
La dulce promesa. Amén.