Algunos consejos prácticos.

Transmitir la fe a los hijos, es una tarea que los padres no debemos olvidar y que, aunque como en muchos otros aspectos de su educación, necesitemos ayuda de otras personas e instituciones (Colegio, Parroquia…) los principales educadores somos los padres y nadie nos debe sustituir en esta tarea.

La formación espiritual, no debemos reducirla a que únicamente realicen unos actos de piedad, si no que debemos buscar formarles la conciencia para que sean unos cristianos coherentes en las diferentes situaciones que les presente la vida.

La vida de piedad forma una parte fundamental en la educación en la fe de los hijos ya que ayuda a iniciarles en el trato con el Señor y con la Virgen.

La manera más eficaz de transmitir la fe a los hijos es con el ejemplo. Que nos vean rezar y que tratamos al Señor con frecuencia en los sacramentos. Junto con este ejemplo tenemos que enseñarles, ya desde que son muy pequeños, modos prácticos de tratar a Dios y a la Virgen.

Las oraciones sencillas que nos enseñaron a nosotros nuestros padres es una forma sencilla de empezar.

Por ejemplo por la noche, al levantarse por la mañana ofreciendo el día, bendiciendo la mesa antes de empezar y dando gracias al terminar.

La figura de la Virgen es especialmente asequible para la piedad de un niño, ya que la figura de la madre es alrededor de la que gira su vida.

María para ellos es la madre de de Jesús, pero también debemos conseguir que la vean como su propia madre, y que la traten con cariño y confianza.

Conviene que tengan una imagen de la Virgen en su habitación, así podrán tratarle con familiaridad en sus oraciones de la mañana y de la noche.

Un modo bonito y eficaz de educar el cariño y la devoción a la Virgen es celebrar de un modo especial las fiestas señaladas (La Inmaculada, La Asunción…)

También es recomendable, durante el mes de Mayo, enseñarles a tener un detalle diario de veneración y piedad a la Virgen como por ejemplo algo que les cueste esforzarse durante el día por cumplirlo y ver en la oración de la noche como le ha ido.

Realizar algún fin de semana, toda la familia e incluso invitar a algunas familias amigas, una Romería a un santuario de la Virgen, llevarle algunas flores y rezar, dependiendo de la edad de los niños el Rosario, un solo misterio o tres Ave Marías si los niños son muy pequeños.

La oración de todos los miembros de la familia, mayores y pequeños, ayuda a la unidad familiar, además les enseñamos que la mejor forma de ayudar a los demás es rezar por ellos.

Autor: Ana Camiruaga

Fuente: SON TUS HIJOS

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