Recientemente el Santo Padre dijo: «La herencia más bella, la mayor herencia que un hombre, una mujer, puede dejar a sus hijos es la fe», así lo expresó el Papa Francisco en su homilía, haciendo  una reflexión en el pasaje de la Biblia que habla sobre la muerte del Rey David (I Reyes 2,1-4.10-12)

Pues el Rey David reinó en Israel durante cuarenta años. Antes de morir, David exhortó a su hijo Salomón a observar la Ley del Señor. Él había pecado mucho en su vida, pero había aprendido a pedir perdón y la Iglesia lo llama «el Santo Rey David. ¡Pecador, pero Santo!». Ahora, a punto de morir, deja al hijola herencia: Le deja la fe, esto nos enseña David, y muere así, sencillamente como cualquier hombre. Pero sabe bien qué aconsejar a su hijo y cuál es la mejor heredad que le deja: ¡no el reino, sino la fe!.

Cuando se hace testamento la gente dice: «A éste le dejo esto, a éste le dejo aquello, a éste le dejo esto…» En la ceremonia del Bautismo  a los padres se les da la vela encendida, la luz de la fe, les estamos diciendo: «Consérvala, hazla crecer en tu hijo y en tu hija y déjala como herencia».

David hace memoria de las promesas de Dios, hace memoria de su propia fe en estas promesas y se las recuerda a su hijo.  Dejar la fe como herencia, esto nos enseña David, y muere así, sencillamente como cada hombre. Pero sabe bien qué aconsejar a su hijo y cuál es la mejor herencia que le deja: ¡no el reino, sino la fe!.

Haríamos bien hacernos a nosotros mismos estas preguntas:

-Yo, como  Padre de Familia, como educador o  como católico: «¿Cuál es la herencia que yo dejo con mi vida?

¿Dejo a mi posteridad el ejemplo de un hombre de fe, de una mujer de fe? ¿Les dejo esta herencia a los míos o a los que me rodean?»

Y para inculcar la fe en un niño, lo primero que deberás poseer será precisamente eso: Fe, y  tus palabras, tus acciones, tu ejemplo se encargarán de hacerle percibir lo que quieres y sientes desde el fondo de tu corazón. Una familia que vive en el tema de la fe, será una familia cargada de amor, pensamientos positivos, agradecimientos y buenas energías tanto para su hogar como para todas las personas a su alrededor.

Autor: Karla Becerra Sánchez

Redacción: MUJER FUERTE

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