Y el final del día ser capaces de amar y ser amado es felicidad, y esta felicidad, como dijo Aristóteles, es la recompensa de la virtud.

– Es impaciente, desconsiderado, no me comprende, me engaña, es vicioso, no hay diálogo, es egoísta- Es frecuente escuchar estas quejas y tras estas la ruptura matrimonial. ¿Qué falló? ¿El amor se acabó o tal vez esa persona nunca aprendió a amar? ¿Cómo y cuándo aprendemos a amar? Desde que somos niños.

Los niños han de ser provistos de las herramientas necesarias para buscar la verdad, aceptar la realidad, aprender a respetar y amar a los demás.

Estas herramientas son las virtudes, es decir, cualidades estables que gestionan con sensatez las emociones, nos permiten distinguir el bien del mal, y nos capacitan para amar a los demás. Que al ser aprendidas desde la infancia se vuelven parte de la persona.

¿Cuáles son las virtudes que nos capacitan para amar? Tomemos como referencia este texto de San Pablo:

El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. 

No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. 

El amor no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. 

Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.  (1 Corintios 13:4-7)

Es usual que los novios elijan esta epístola como lectura el día de la boda anhelando vivir su amor tomando estas palabras como referente. Sin embargo, convertir estas palabras en realidad se complica, especialmente con la convivencia, cuando surgen los desacuerdos y situaciones imprevistas. Los problemas se van apilando y la relación se deteriora siempre que se carece de las virtudes. Si una persona decide correr una maratón sin haber entrenado y adquirido las destrezas necesarias, fracasará. Así mismo, sin virtudes es muy difícil amar bien, no solo al cónyuge, sino al prójimo en general.

 Virtudes

 Paciencia: es la raíz y custodia de todas las virtudes. Nos enseña al dominio de uno mismo y ser compresivos con los demás.

Consejos para padres: Inculcar a sus hijos a comenzar y terminar las tareas escolares, darles alguna labor en el hogar como ordenar su cuarto.

Prudencia y Serenidad: nos enseña a ser positivos, mantener la calma y saber examinar los pro y los contra para tomar la mejor decisión.

Consejos para padres: mostrar calma ante las situaciones, explicar a los hijos como se ha llegado a una decisión, dejar que vayan tomando decisiones propias.

Generosidad y Magnanimidad: nos da la fuerza para salir de nosotros mismos y emprender acciones valiosas en beneficio de los demás.

Consejo para padres: Dedicación atenta al cónyuge y la familia, demostración de solidaridad y compasión hacia aquellos que lo necesitan. Inculcar la ayuda a los demás aunque cueste un poco de sacrificio. Por ejemplo: hacer galletas o limonada a beneficio de los más necesitados.

Sencillez: nos enseña a valorar lo natural y disfrutar de lo ordinario, de las pequeñas cosas, a ser felices sin necesidad de lujos.

Consejos para padres: Sea indiferente a las cosas materiales. Enséñeles que las personas son más importantes que las cosas; que las relaciones con los demás es lo que trae felicidad. 

Humildad: Nos enseña a reconocer nuestras propias limitaciones y pedir consejo.

Consejos para padres: ser el primero en disculparse y enseñar el valor del perdón.

Templanza: nos enseña a controlar nuestros impulsos. No supone una limitación, sino más bien evitar ser esclavos de los vicios y aquello que nos daña el alma y el cuerpo.

Consejos para padres: ejercer y transmitir el auto control desde las cosas pequeñas como el orden, el horario de comida, la higiene..

Justicia: es dar a cada uno lo que le corresponde, nos enseña a respetar al prójimo y sus derechos. Es el fundamento para amar a los demás. Quien no aprende a pensar en los demás, en las consecuencias que sus actos tienen en los demás, es incapaz de amar. 

Consejo para padres: Muéstrese amable y respetuoso con todos, sin excepciones. Alégrese al ayudar a los demás. 

Sinceridad: nos enseña a buscar y manifestar la verdad en todo momento, así parezca que nos perjudica. Nos impulsa a pedir perdón si hemos cometido algún error.

Consejo para padres: Sea el primero en disculparse. Nunca mentirle a los hijos, ni ayudarlo a encubrir una mentira. Crear una comunicación sincera y abierta con ellos.

Fortaleza: Nos enseña a perseverar y cumplir con lo correcto. Aunque a veces atravesemos momentos difíciles, el fuerte resiste y sale adelante.

Consejos para padres: Conserve la serenidad ante las dificultades. Exhiba y transmita optimismo y confianza. Establezca rutinas y horarios. 

Recordemos que no existe etapa más propicia para la formación de los hábitos que la niñez y para ello es importante crear un ambiente positivo en la casa, brindar apoyo emocional a los hijos, reforzado con la oración y el diálogo, pero el ejemplo de los padres resulta imprescindible.

 Estas virtudes forman el temperamento y la rectitud de una persona, otorga la capacidad de amar, y por ello, representa el cimiento de cualquier relación interpersonal, mas aún, entre esposos. Ningún curso prematrimonial puede insertar estas virtudes tan importantes para la convivencia y el crecimiento del amor. Si somos honestos reconoceremos que no son pocos los matrimonios (o la amistades) que fracasan cuando uno o ambos cónyuges carecen de muchas de estas virtudes. Y el final del día ser capaces de amar y ser amado es felicidad, y esta felicidad, como dijo Aristóteles, es la recompensa de la virtud.

Cristina Valverde

@crisvalverdej

Publicado en Cápsulas de verdad

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