En nuestra tradición cristiana tenemos variadas formas de oración, la repetición de pequeñas frases dichas con fe en Dios, renuevan nuestra decisión de fortalecerla y nos afianzan en ella.
Esta cuaresma más que siempre, el cristiano tiene el deber de irradiar alegría ¡sí! en lo cotidiano de cada día, saber descubrir la belleza en medio de lo ordinario, en el servicio, en el trabajo, en la escuela, cualquier lugar es el escenarios perfecto para mostrar el amor que vive en él por el encuentro que ha tenido con Jesucristo y que inevitablemente le lleva a la alegría.
La palabra letanía tiene un origen griego y significa «súplica». Desde los inicios de la Iglesia, las letanías eran usadas para dirigir las súplicas rezadas en conjunto por todos los fieles, especialmente durante las procesiones.
Así pues, las letanías de la alegría nos invitan a pedir el don preciado de la alegría, compartir una sonrisa, ayudar en alguna necesidad, y como dice Papa Francisco hay muchas formas de manifestar la alegría, y es notoria hasta en la forma de realizar nuestra actividades diarias.
Se pueden rezar en un momento del día a solas o invitando a alguien más para que complete la respuesta.
A las siguientes peticiones vamos a responder:
Ruega por nosotros
Santa María causa de nuestra alegría
Santa María Virgen de la esperanza
Santa María centro de la simpatía
Santa María estrella de los más nobles
Santa María gozo de las juventudes
Santa María Virgen de la sonrisa
Santa María manantial de felicidad
Oración. Santa María, Virgen de la Alegría: Míranos en este valle de lágrimas –peregrinos de
inmortalidad—y concédenos la alegría de vivir cumpliendo nuestra misión, la que Dios nos ha
confiado.
Amén
No olvidemos que cualquier oración por pequeña que sea debe ser dicha desde lo profundo del corazón o en dado caso con el deseo de acrecentar nuestra fe en el Dios de la alegría.
Fuente: Mariología