Las feministas afirman promover el fomento de la mujer y la igualdad de género, en gran medida a través de la promoción de la llamada liberación sexual, pero su movimiento está dejando en su camino una estela de mujeres infelices, solteras y sin hijos, un problema real que las feministas aparentemente no quieren enfrentar bajo ninguna circunstancia.
Según un estudio reciente de investigadores de la Universidad de Yale, las mujeres liberadas y con estudios universitarios están congelando sus ovulos porque no pueden encontrar a un hombre para casarse y tener hijos antes de que termine su edad natural para tener hijos. En el Reino Unido, por ejemplo, una de cada cinco mujeres no tiene hijos cuando terminan sus años fértiles, en contraposición a una de cada diez mujeres de la generación anterior.
Entonces, ¿a quién culpar de este violento ataque a las mujeres con educación superior y sin embargo terriblemente vacías?
La respuesta corta es el feminismo.
La autora del estudio, Marcia Inhorn, profesora de antropología de la Universidad de Yale, concluye que es un mito la suposición común que dice que las mujeres aplazan la maternidad para avanzar en sus carreras. Las 150 mujeres que fueron entrevistadas ampliamente para este estudio, y que se sometieron al proceso de congelar óvulos en Estados Unidos e Israel, afirmaron que no estaban posponiendo tener una familia para avanzar en su carrera, sino simplemente porque no podían encontrar pareja.
Inhorn responsabiliza del problema a la escasez de hombres con estudios universitarios. “Hay una gran brecha —literalmente faltan hombres—. No hay graduados universitarios suficientes para ellas. En términos sencillos, se trata de una sobreoferta de mujeres educadas”, dice.
“A la mayoría de las mujeres educadas les gustaría tener un compañero educado. Tradicionalmente las mujeres también han querido casarse con alguien más exitoso, económicamente bien acomodado”, añade la investigadora.
Inhorn luego culpa al feminismo, o algo así. Esencialmente, a causa del feminismo, las mujeres liberadas están bien educadas pero, por otra parte, son infelices y se sienten solas, sostiene.
“Como feminista, creo que es genial que las mujeres lo estén haciendo tan bien, pero creo que ha habido un precio que se ha pagado”, dice Inhorn, agregando que las mujeres han sido dejadas en la “tristeza y el aislamiento”.
Pero aquí suceden más cosas. Otros expertos aluden a lo que Inhorn no está dispuesta a decir: no es simplemente un “exceso de oferta” de mujeres liberadas que está impulsando esta tendencia, o un comercio de liberación-felicidad. Son los hombres que se niegan a establecerse. Y para eso, me gustaría agradecer el impulso de las feministas por la “liberación sexual”.
Comencemos con la evidencia.
En primer lugar, algunas de las mujeres entrevistadas por el propio equipo de Inhorn admitieron que no es simplemente una brecha educativa. Las mujeres dijeron que se casarían con un hombre sin un título, pero no pueden encontrar uno que desee casarse con ellas.
Luego está la Directora Médica de la Clínica del Reino Unido “Create Fertility”, la profesora Geeta Nargund, que da en el clavo (negritas agregadas): “Las mujeres nos dicen con frecuencia que están congelando sus óvulos porque los hombres que encuentran se sienten amenazados por su éxito y por ello poco dispuestos a comprometerse para formar una familia juntos“.
El presidente de la British Fertility Society, el profesor Adam Balen, está de acuerdo (negritas agregadas): “Estamos viendo algunos grandes problemas sociales, en particular en algunos grupos económicos sociales, con hombres jóvenes que no se comprometen“.
Y esto dice la directora ejecutiva de IVI, la Dra. Gillian Lockwood, sobre los hallazgos de Inhorn: “Exacerba el problema de los hombres que no quieren ‘establecerse’ y comenzar una familia hasta que es casi demasiado tarde para que la mujer conciba naturalmente. Y si ella insiste, es muy probable que la deje por una mujer más joven cuyo reloj biológico no está haciendo tic tac tan fuerte”.
La propia encuesta de la doctora Lockwood sobre las mujeres que congelan óvulos por razones sociales, encontró que la abrumadora mayoría de las mujeres que tenían sus óvulos congelados lo hacían porque no podían encontrar un compañero o porque su propia pareja no se comprometía “, señala The Telegraph.
Bingo.
¡Y aún hay más!
El profesor Simon Fishel, que fundó Care Fertility, explicó a partir de sus investigaciones (negritas agregadas): “Casi todas las mujeres en el estudio que congelaron óvulos eran heterosexuales y querían convertirse en madres casadas. Las mujeres lamentaron a los “hombres desaparecidos” en sus vidas, viendo la congelación de óvulos como una forma de ganar tiempo mientras continuaban en la búsqueda (online) de una pareja comprometida“.
Más del 90% de las encuestadas no estaban congelando sus óvulos para posponer la procreación con el fin de avanzar en una carrera. En cambio, “estaban desesperadamente ‘preservando’ su fertilidad más allá del final natural de su edad reproductiva, porque eran solteras sin pareja para casarse”, dijo.
Así que volvamos a la afirmación original: la llamada liberación sexual de las mujeres es en realidad el engaño de las mujeres, y de mala manera.
¿Por qué un hombre se apresuraría a sentar cabeza y a casarse con alguien si no solo puede tener relaciones sexuales con mujeres “liberadas” sin un anillo, sino incluso convivir con ellas? Es más, cuanto menos casta sea una mujer, menos probable será que sea atractiva para un hombre. Sin mencionar el aumento de edad de la mujer y el acercarse a la infertilidad como otras características absolutamente indeseables.
Si las mujeres exigen más de los hombres, y no andan acostándose en nombre del feminismo, los hombres sentarán cabeza en el matrimonio a una edad más temprana.
Pero, sin embargo, estas simples verdades serán rechazadas por las feministas en todas partes, aferradas a sus vidas tristes y solitarias a cambio de un feminismo vacío, mientras acusan a cualquier disidente de ser un misógino.
Artículo traducido por La Mamá Oca.
Fuente: The Daily Wire
Artículo traducido por La Mamá Oca.