El amor se vive en los pequeños detalles. Detalles en el diccionario tiene una amplia definición, pero en el contexto de la familia y en las relaciones matrimoniales me voy a referir a ellos como un gesto amable o cortes. Tener detalles es mostrar respeto o cariño.
Para muchos puede que no tengan la más mínima importancia y para otros son considerados como esenciales para una vida matrimonial feliz. Los signos muchas veces hablan con más significado que las palabras. Una sonrisa oportuna, una caricia amorosa, un saludo afectuoso y un detalle cariñoso pueden contribuir a que las relaciones sean agradables y apacibles.
Tenemos que trabajar para que nuestro matrimonio y nuestra familia lleguen a ser un campo de fraternidad y de regocijo; vale la pena el autoevaluarse en este aspecto de los detalles en una vida matrimonial y familiar.
Dejar y renunciar a los prejuicios, a la soberbia, a los celos, a la negligencia y decidirse a trabajar por el bien común de todos en la familia vale la pena. Necesitamos trabajar constantemente por el otro para que en el día de mañana nos encontremos más cercanos.
Trabajar por el otro es trabajar por un futuro, por nuestra tranquilidad y nuestra realización.
La mujer interpreta los acontecimientos afectuosos como expresiones impregnadas de amor. En nuestra familia ella estaba rodeada de hombres. Experimentaba la felicidad cuando se sacaba la basura sin ella tener que decir una palabra; su cara resplandecía. La pareja saca mayor provecho de acciones y palabras afectuosas, o de un signo de amor, que, de un discurso rico en contenido, pero vacío de comprensión.
En el matrimonio, cada día sirve para el nacimiento de nuevas vías de comunicación. Gastate en crear cuidadosas atenciones y detalles para esa esposa y madre que te acompaña y no olvidemos esa expresión que dice, “un detalle vale más que mil palabras”. No te canses de dar detalles, no te canses de defender el amor de la familia, con ellos estas conservando los valores y eternizando el amor.
El que da con generosidad recibe el doble con amor. En Amoris Laetitia el Papa Francisco nos dice “…El que es tacaño consigo mismo, ¿con quién será generoso? […] Nadie peor que el avaro consigo mismo” (Si 14,5-6)[1].
También nos dice el Papa, “Pero el mismo santo Tomas de Aquino ha explicado que pertenece más a la caridad querer amar que querer ser amado y que, de hecho, las madres, que son las que más aman, buscan más amar que ser amadas.”[2]
Los detalles no cuestan nada, hay que desprenderse, poner al otro primero, porque el amor nos hace llegar y buscar en el más allá. Nuestros matrimonios se van construyendo en los pequeños detalles del diario vivir, donde cada día se vive el resultado de cada uno de ellos, el cual lo recibimos con amor y así llevando nuestra vida con felicidad.
Nuestro matrimonio ha sido un largo camino de aprendizaje, con equivocaciones que nos llevan a un nuevo comenzar, donde no nos damos por vencido, porque vale la pena la lucha de lo aprendido.
El amor se vive en los pequeños detalles. Hay que ver lo importante que puede ser un detalle… ¡Haz algún acto importante por el o por ella! Recuerda que los detalles son importantes no por un solo día, no solo para una persona de la familia sino para cada miembro de ella, que es merecedor o merecedora de recibir pequeños detalles como muestra de nuestro amor. Los detalles son importantes y hacen la diferencia.
Autores: Olga y Ramon Tapia
[1] Amoris Laetitia 101.
[2] Ibid 102.
Publicado originalmente en Por tu matrimonio