Oh Dios, que diste a San peregrino un ángel como compañero, la Madre de Dios como su maestra, y Jesús como médico para su enfermedad; te suplicamos nos concedas por los méritos de este santo, que mientras vivamos en este mundo amemos intensamente a nuestro Angel de la Guarda, a la Virgen Santísima, y a nuestro Salvador, y luego en el Cielo les bendigamos para siempre. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor.

Así sea.

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