En las intenciones del mes de abril del Santo Padre podemos ver que su mirada va hacia los más pequeños, hacia los que han sido despojados de su dignidad y que están a la espera de “algo más” y está en nuestras manos compartirles, nuestra oración, nuestra sonrisa, nuestro buen trato, nuestra cercanía, nuestros bienes cuando está a nuestro alcance, todos de una u otra manera podemos cambiar su mundo.
El Papa Francisco en México, concretamente en Chiapas nos dijo que: “En el corazón del hombre y en la memoria de muchos de nuestros pueblos está inscrito el anhelo de una tierra, de un tiempo donde la desvalorización sea superada por la fraternidad, la injusticia sea vencida por la solidaridad y la violencia sea callada por la paz”.
Los campesinos en nuestro país, al igual que los indígenas han sido: “… incomprendidos y excluidos de la sociedad. Algunos han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones. Otros mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban.”
Estas palabras se dirigen a todos y cada uno de los habitantes de la tierra, creyentes y no creyentes, tenemos que abrir los ojos a las realidades que nos rodean y no vivir en nuestra burbuja de comodidad, o del menor esfuerzo, cuando sabemos que tantos hermanos nuestros trabajan bajo el sol y no reciben ni siquiera lo necesario para sobrevivir.
No dejemos de orar con el corazón abierto delante de Dios por estas personas tan importantes en el desarrollo de la sociedad, y te invitamos que cuando tengas un pan o una tortilla o una sopa, no te olvides de dar gracias por aquella persona que sembró, regó y cosecho la tierra para que a tu mesa llegara ese alimento.
Oremos por las intenciones del mes de abril del Papa Francisco.