«El alma que está enamorada de Dios es una alma gentil, humilde y paciente».
«El Señor se le apareció a San Juan, con la cruz a cuestas y le dijo: «Juan, pídeme lo que quieras», Y el Santo respondió: » Padecer, Señor, y ser por Vos despreciado».
«El amor no consiste en grandes cosas, sino en tener grande desnudez y padecer por el Amado»
«En el ocaso de nuestras vidas seremos juzgado en el amor».
«No pienses que el agradar a Dios está tanto en obrar mucho como en obrarlo con buena voluntad, sin propiedad y respetos».
«El cielo es firme y no está sujeto a generación, y las almas que son de naturaleza celestial son firmes, no están sujetas a engendrar apetitos ni otra cualquier cosa, porque se parecen a Dios en su manera, que no se mueve para siempre».
«El árbol húmedo invadido por el fuego: primero humo, luego crepita; después llama; finalmente brasa».