Jesús, en la Pascua nos enseñas que la vida triunfa sobre la muerte. Con tu entrega hasta el final cumpliste la voluntad del Padre, y nos mostraste que la fidelidad pasa por la cruz. La cruz del dolor y la persecución. Ayudanos a ser fieles, que no bajemos los brazos en las dificultades, y cuando nos toque vivir alguna cruz confiemos como vos en la ayuda del Padre. Señor de la Vida enseñanos a vivir más cerca del Reino en las cosas de todos los días.
¡Que así sea, Señor!