
¿Has pensado cuál es la medida del amor de Dios por ti?
¿Qué tan preciados somos para ti Señor? ¿Cuál es exactamente la medida de tu amor? Quizá nuestro corazón y nuestro entendimiento nunca logren descubrirlo, pero me queda claro que Tu Hijo, mi Salvador, SÍ lo sabía.