En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.
Amén.
Señor ábreme los labios.
Y mi boca proclamará tu alabanza.
¡Dios mío, ven en mi auxilio!
Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
Amén.
Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten misericordia de nosotros.
Padre nuestro…
A Ti la alabanza, a Ti la gloria, a Ti hemos de dar gracias por los siglos de los siglos, ¡oh Trinidad Beatísima!
Santo, Santo, Santo Señor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.
Gloria al Padre, al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, y por los siglos de los siglos.
A Ti Dios Padre no engendrado, a Ti Hijo unigénito, a Ti Espíritu Santo Paráclito, santa e indivisa Trinidad, con todas las fuerzas de nuestro corazón y de nuestra voz, te reconocemos, alabamos y bendecimos; gloria a Ti por los siglos de los siglos.
Bendigamos al Padre, y al Hijo, con el Espíritu Santo.
Alabémosle y ensalcémosle por todos los siglos.
¡Oh, Dios todopoderoso y eterno!, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por Nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en la unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos.
Amén.
Líbranos, sálvanos, vivifícanos, ¡oh Trinidad Beatísima!