Pensemos en dos situaciones: la primera es aquel embarazo fuera del matrimonio que nos toma totalmente desprevenidas, lo que llamamos un embarazo no planeado y por otro lado aquel que deja con la boca abierta a una pareja casada que esperaba todo menos otro hijo y aunque tampoco sea planeado se da en circunstancias totalmente distintas. En ambos casos hay una vida en juego, un ser inocente alojado en el vientre de la madre.

Ahora posemos la mirada en María Santísima, ejemplo perfecto de obediencia, entrega y lucha y recordemos que siendo aún soltera, Dios Padre posó sus ojos sobre ella y la eligió nada más y nada menos que para convertirla en madre de su Hijo, el hombre que traería la salvación al mundo entero. Aunque claramente su embarazo no se compara al de alguna de nosotras, quiero que nos enfoquemos en la actitud de María, en el sí contundente, ese sí que todas las mujeres le deben dar a sus hijos.

Con este artículo pretendo dar algunos pasos a seguir –a manera de consejo– frente a lo que debemos hacer si quedamos embarazadas sin haberlo planeado (o si conoces a alguien que está en esta situación):

1. Ponte en el lugar del bebé

Ya sé que primero hay un ataque de pánico, automáticamente lleguen los peores pensamientos a nuestra cabeza. «Me van a echar de la casa», «mis padres no resistirán la noticia», «de donde voy a sacar dinero», «tendré que abandonar mi estudio o trabajo». Después del shock hay que tratar de encontrar unos minutos de calma en medio de la tempestad y pensar que ahora somos responsables de la vida de un ser humano y por tanto si tomamos la decisión de tener relaciones sexuales debemos asumir las consecuencias, aunque suene algo duro en ese momento de impacto tenemos que ser realistas.

2. Comunícale la noticia a tu pareja o a algún amigo cercano

Es fundamental que no guardes silencio. Habla con tu pareja, algún amigo cercano o un miembro de tu familia. No tomes decisiones apuradas o hagas suposiciones sobre lo que podría suceder. En caso de no contar con el apoyo de tu pareja busca a una persona de confianza que pueda aconsejarte. Muchas veces en medio de la angustia se toman decisiones equivocadas o se accede a “soluciones fáciles” como el aborto. Hablar con otra persona te ayudará a mitigar un poco la incertidumbre y el miedo.

3. Oídos sordos a los comentarios negativos

Si eres soltera o has sido víctima de una violación y aún así decidiste respetar la vida del bebé, o también si ya estás casada, tienes otros hijos y sencillamente el embarazo les cayó a todos por sorpresa hay que respirar profundo y aprender a ignorar los comentarios de la gente. De inmediato surgirán los típicos «te dañaste la vida», «tantos sueños que tenías y ahora no podrás hacer nada», « te vas a quedar estancada», . Lo que hay que tener claro es que la única que va a luchar por sacar adelante ese bebe eres tú o tu pareja, ninguno de los que critican la situación va a sostener al bebé. Entonces a llenarse de valentía por esa nueva vida que viene en camino.

4. La adopción si es una opción

El miedo de la mayoría de mujeres está basado en el qué dirán, en el escándalo que habrá si se sabe del embarazo, de no contar con los recursos económicos suficientes o de ser tildada de loca. Ninguna mujer odia a su hijo cuando se entera de que la prueba da positivo, la confusión y el pánico nos juegan una mala pasada. Por tanto si ya has evaluado todas las opciones y tú y tu pareja se dan cuenta de que de ninguna manera pueden hacerse cargo del bebé, es momento de pensar en la adopción, de ser racionales y poner ante todo el derecho a la vida que esa criatura tiene por sobre todos las demás cosas. Algunas veces hay amigos o familiares cercanos que estarían dispuestos a hacerse cargo del bebé o entidades que se encargan de acoger a todos estos niños para buscarles un hogar.

5. Acude a organizaciones provida

Allí podrán asesorarte psicológicamente, darte una ruta a seguir según la opción que quieras tomar: tener el bebé o darlo en adopción. Adicionalmente la mayoría de estas entidades o fundaciones te brindan ayuda según tu perfil, ejemplo: si necesitas un doctor, si no tienes dinero para los controles prenatales, si te echaron de tu casa o si no tienes ningún detalle listo para la llegada de tu bebe (pañales, ropa, cobijas etc).

6. Hazte miembro de una comunidad de madres

Aunque el apoyo de tu pareja, amigos y familiares sea primordial en la etapa del embarazo también es muy efectivo buscar a otras mujeres que estén en la misma situación. Existen aplicaciones para tu celular en las que además de estar enterada del proceso de crecimiento de tu bebe también puedes formar parte de un grupo de mamas según sea tu caso (mamas primerizas, solteras, con embarazo de alto riesgo, según el país o la edad). Esto te ayudará a sentirte más tranquila, podrás despejar dudas y compartir las experiencias que vives a medida que transcurre el embarazo.

7. Prioriza tus actividades y hábitos actividades

Aunque no haya estado dentro de tus planes ser madre y ahora estés en camino a serlo, debes empezar a pensar que el bienestar de tu bebé y el tuyo están primero. Por ende, trata de evitar ambientes pesados, conflictos, personas negativas o agresivas, lugares en donde la vida de tu bebe o la tuya corran riesgo o trabajos muy forzados. Es difícil hacerse a la idea de ser madre de un día para otro, pero si optaste por la decisión más valiente también tienes que pensar en tu salud y empezar a cambiar tus hábitos alimenticios, dejar de lado cigarrillos, licor o cualquier otra cosa que perjudique tu bienestar y el de tu bebé.

8. Acude a un buen psicólogo

Esta decisión es opcional. Algunas mujeres pueden contar con el apoyo inmediato de todas las personas que las rodean pero otras pueden encontrar más obstáculos en el camino. Por esto aconsejo a las mujeres embarazadas contar con el asesoramiento de un psicólogo (preferiblemente con un profesional que comparta tus ideales cristianos) que les ayude a sobrellevar de alguna manera la carga emocional que ahora reposa sobre sus vidas. El embarazo es una etapa en la que experimentamos demasiados cambios hormonales y si le sumamos a esto el rechazo, las dificultades económicas, despidos o soledad estaremos sumidas en una depresión sin lugar a dudas. Esto no es beneficioso para el bebé o la madre, contar con el punto de vista de una persona que no te juzga puede hacerte ver las cosas de otro modo.

9. Piensa en lo positivo

Aunque todo el panorama este rodeado de incertidumbre puedes darte la oportunidad de pensar en lo maravilloso que puede llegar a ser madre, en el milagro que llevas en tu vientre, en lo afortunada que eres al ser escogida como su madre, serás lo más importante para ese bebé que viene en camino. Te amará incondicionalmente, te llenará los días de alegría, te sacará sonrisas a cada instante, te hará hacer cosas que jamás creíste poder hacer, te convertirá en un mejor ser humano, te contará las mejores historias, te besará y te abrazará sin importar el lugar y la hora. Esos nueve meses de embarazo se convertirán en la mejor espera cuando veas por primera vez sus ojos, su carita, cuando sujetes su manita o cuando te diga por primera vez “mamá”.

10. Recuerda que un aborto no se olvida jamás aborto

Algo de lo que nunca somos conscientes (en la mayoría de las decisiones que tomamos en momentos de crisis) es en las consecuencias que vienen después. La mujer que aborta no piensa como se sentirá dentro de unos años o tal vez unos meses. No imagina que después de “deshacerse del problema” vendrá el dolor, el vacío, la culpa, el arrepentimiento, la angustia y un sin fin de sentimientos que tal vez se controlen o se camuflen con las actividades del diario vivir pero que se volverán como una puñalada en el momento que menos lo esperen. Como por ejemplo cuando en ambientes familiares o laborales se toca el tema de los hijos, cuando te enteras de que alguien cercano está esperando un bebé, cuando simplemente pasas por un parque e imaginas que juegos le hubieran gustado a ese bebé que no llegó a nacer, calcularás en qué fecha hubiera sido el parto, cuantos años tendría y tal vez qué nombre le hubieras puesto. Aunque las mujeres que abortan tratan de seguir como si nada hubiera pasado, en el fondo, jamás olvidarán el día en que tomaron la decisión de abortar.

El nacimiento de un bebé es tal vez el milagro más grande que puede llegar a la vida de una mujer o de una pareja. Por eso si conoces a alguien que tal vez esté pensando en abortar, habla con ella, escúchala, no la juzgues y acógela con el mismo amor con que María acogió en su vientre a Jesús.

Fente: CATHOLIC-LINK

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