Jorge Gabriel Rodríguez MDH

Es un hecho que jóvenes entre 15 y 29 años son el 40 por ciento de los presuntos delincuentes del fuero federal y 59 por ciento de los del fuero común, según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática INEGI. El mismo instituto informa que ¡lesiones relacionadas con la violencia son la segunda causa de muerte entre los varones de esas edades!. La mayoría de los jóvenes, es evidente que están inmiscuidos y sufren los actos delictivos.

Pero para muchos analistas la causa hay que buscarla en el fracaso en los procesos educativos de niños y jóvenes, manifestado después con insuficientes lugares en las universidades y la carencia de oportunidades de desarrollo, lo cual deviene en nulas oportunidades de mejora en su situación socioeconómica. El resultado, aunado a la falta de empleos, es que el joven recurrir· al comercio informal y en el peor de los casos caer· en el delito.

Si la causa son deficientes procesos educativos, las soluciones deben atender a eliminarla. Por tanto soluciones como incrementar las penas o los años en la cárcel, o establecer la pena de muerte, o simplemente la represión, que , esta demostrado que no remediarán nada. O en el peor de los casos enviarán a delincuentes menores a eficientes escuelas del crimen como suelen ser las cárceles.

Por tanto se esta poniendo en evidencia una verdadera crisis de todos los ciclos educativos Considere que un tercio de jóvenes no ha logrado terminar la primaria, y miles de aspirantes son rechazados al tratar de ingresar a los centros de educación superior. O que la formación cívica o moral está· siendo apenas reestablecida.

Bajos presupuestos en educación, que resultan ser la mitad de lo que se gasta en seguridad, evidencian una falta de jerarquización en el gasto público. Si, hay loables intentos de corrección del control de las plazas por mafias sindicales, como las disposiciones de presentar exámenes para otorgar plazas en escuelas publicas, pero están aun en etapas iniciales como para dar frutos inmediatos. Y faltaría cuestionar el modelo educativo neoliberal.

En todo el mundo se ha puesto en evidencia que el modelo educativo propuesto por la tecnocracia neoliberal conduce al fracaso a las naciones en crecimiento. Se ha tachado a dicho sistema educativo neoliberal, de no de educar verdaderamente, sino de ¡producir! robots para ser utilizados como peones en las empresas o fabricas de la sociedad orientada al hedonismo y al consumo.

No es de extrañar que, según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), cada año abandonan el país cerca de 225 mil de los jóvenes entre los más preparados, con la esperanza de ¡conseguir en otros lugares buena educación, servicios de salud adecuados y empleos dignos!

Resulta lógico que cada vez más instancias sociales, familia e iglesias, exijan a las autoridades resolver estas causas institucionales, sociales y económicas del problema. Que deber· de incluir mejoras sustanciales en calidad de estudios de todos los niveles, abrir las oportunidades de empleo que los alejen a los jóvenes de la marginación, la violencia y la delincuencia.

Esto implica naturalmente una formación moral para establecer un comportamiento ético en todos los ·ámbitos sociales. Es importante aquí recordar que la Iglesia cree ¡que los niños y los adolescentes tienen derecho a que se les estimule a apreciar con recta conciencia los valores morales y a prestarles su adhesión personal y también a que se les estimule a amar más a Dios. Y ruega, pues, encarecidamente a todos los que gobiernan los pueblos o están al frente de la educación, ¡procurar que la juventud nunca se vea privada de este sagrado derecho! Aparecida 482 citando Gravissimun Educationis 1.

De lo contrario con bajos niveles de formación profesional y ética, con opciones casi nulas de desarrollo, caerán en la emigración internacional, incluso los más capaces, o bien engrosar las filas de la delincuencia o del crimen organizado.

¡Se necesita mucha fuerza y mucha perseverancia para conservar la honestidad que debe surgir de una nueva educación que rompa el circulo vicioso de la corrupción imperante Realmente necesitamos mucho esfuerzo para avanzar en la creación de una verdadera riqueza moral que nos permita prever nuestro propio futuro! Aparecida 507.

Es esta, entre otras, la propuesta de nuestros obispos para la Misión Continental que se acerca.

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