Te has detenido a pensar ¿cómo estás educando?  Hay momentos en que como padres de familia te cuestionas tantas cosas. ¿Cómo debo educar a mis hijos? ¿estoy haciendo un buen papel? ¿le estoy dando a mis hijos lo que se merecen?

En la actualidad se nos presentan miles de maneras de cómo educar a nuestros hijos; teorías que según, demuestran con estudios la repercusión psicológica y social que puede haber en los hijos si educas de tal o cual manera.

Pareciera que todo tiene una receta y que con ciertos ingredientes puedes hacer al niño perfecto.  Sin embargo llevar a cabo la tarea de educar a los hijos siempre es difícil, sea cual sea el método que quieras llevar. Cabe recalcar que todas las familias son diferentes, los padres fueron educados por familias con historias y crianzas distintas.

En estos tiempos cada segundo van saliendo tendencias nuevas y con ello nuevos retos a la hora de la crianza y educación de los hijos.

La tecnología, los dispositivos electrónicos, los teléfonos inteligentes, entre otras cosas han venido a revolucionar a una sociedad entera, y esto ha tenido gran repercusión en las familias, tanto en los padres como en los hijos. Pareciera que es más fácil dejar que un bebé sea “ educado” por videos interactivos, por un televisor o inclusive ya desde pequeños saben cómo funciona un teléfono inteligente.

Resulta alarmante la cantidad de niños que crecen delante de una pantalla, ignorando lo que pasa a su alrededor. Haciendo caso omiso a las indicaciones de sus padres. En las reuniones es muy común ver a un “montoncito” de niños ante una tableta viendo vídeos de caricaturas o con algún vídeo juego.

El método educativo más común en la actualidad es el método electrónico. Y es por eso que se ve tanta soledad en los jóvenes, alto índice de suicidios por falta de atención. Gran número de adolescentes ya inmiscuidos en vicios y delincuencia. Niños con la autoestima por los suelos. Personas de todas las edades con trastornos psicológicos que los especialistas atribuyen al uso de la tecnología en exceso.

Y ante estos cuestionamientos y situaciones, puedo detenerme a pensar en algo muy importante: los padres tenemos la gran responsabilidad de darle a nuestros hijos una educación que los haga personas independientes, no dependientes de objetos como lo son los dispositivos electrónicos.

Personas que sepan estar en casa jugando, leyendo conviviendo sin necesidad de estar ante una pantalla; personas sanas en su manera de interactuar con los demás viéndose a la cara; personas que sepan entablar​ una conversación viéndote a los ojos y no al pendiente de si les llega un mensaje o quien escribe en sus muros de Facebook; jóvenes que tengan una estima más allá de lo que alguien opine de ellos en una respuesta social.

Nuestro niños, adolescentes y jóvenes merecen un trato digno y respetuoso, sentir el amor de cerca. No una relación familiar fría y basada en redes sociales. Está claro que estamos en la era de la tecnología, más sin embargo es necesario volver a las raíces de una educación más amorosa, más tradicional y libre de dispositivo.

Aunque sabemos que puede ser casi imposible dejar por completo y es hasta a veces necesario, pero busquemos nuevas, o más bien, antiguas maneras de educar a nuestra familia.

Porque algo es seguro, una familia que da la mayor atención a sus hijos que a otra cosa, es una familia que no se lamenta a futuro de no haber actuado a tiempo. La mejor educación es la que se da basada en el respeto, la comunicación cara a cara, la convivencia, y sobre todo en el amor.

Lupita López

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