La violencia es todo aquel acto de agresión física, verbal, sexual que daña a una persona. La violencia se genera en las familias y es en las mismas familias donde puede prevenirse. La familia es la célula principal que influye en las sociedades positiva o negativamente, los agresores resultan de una familia, forman nuevas familias, y se va extendiendo de diversas maneras como una plaga las situaciones violentas; afectando no solo el hogar, sino a la sociedad misma.

Resulta en estos tiempos la urgencia de retomar el sentido de lo que realmente  es “La Familia”, ¿Por qué se conforman las familias?, ¿Cuáles son los lazos que la unen?, ¿Cuáles son sus funciones?

La familia es conformada por un hombre y una mujer que se unen por un vínculo de amor, tienen intereses comunes y deciden unirse en matrimonio dando forma y origen al proyecto de vida que deciden iniciar juntos. Ya establecido el naciente grupo familiar, los unen lazos consanguíneos, de fraternidad y amor filial en el que los hijos, son el fruto de esta unión. Y por consiguiente es a los padres a quienes les corresponde el derecho de crianza, alimentación, cuidados y formación de los hijos.

El Estado por su parte, tiene la obligación de velar por los derechos de las familias, brindar la educación, servicios de salud, seguridad, contribuyendo al bienestar familiar y social, pero no se le puede asignar en totalidad el deber de formar a los futuros ciudadanos, porque es en las familias donde éstos conviven día a día, es ahí donde reciben el cariño, la atención de manera filial. Los padres son los primeros responsables del acercamiento formativo de los hijos.

Se quiere prevenir la violencia, el Gobierno tiene su parte en cuanto a la igualdad de derechos a educación, salud, empleo, facilitar y otorgar los recursos para la evolución de las sociedades, en convivencia y armonía. Pero en el centro de la formación, se reconoce la importancia del papel de los padres.

Debido a la falta de organización del tiempo, el cansancio, el estrés, las preocupaciones; algunos padres delegan la educación de los hijos a la televisión, el internet, los celulares; incluso ellos mismos procuran que sus hijos posean estos recursos, se sacrifican, se endeudan, pero proveen a la familia de tecnología, que se ve como una necesidad. Lo preocupante es el uso que se le dé a estos recursos. Vale preguntarse, ¿en manos de quien está la educación?, ¿se supervisa lo que los hijos ven en televisión?, ¿Se sabe cuáles son las páginas de internet que el hijo visita?, ¿Con quién se relaciona  en las redes sociales?

¡Cuidado!, se ve mucha violencia explícita en todos estos medios de comunicación, aunado a lo que sucede día a día en las calles. ¿Cómo contrarrestar por un lado la información de violencia que se recibe y por otro la falta de atención a los hijos? La respuesta, dar tiempo a los hijos, convivir, ser cercanos a ellos, darse la oportunidad de conocer que les agrada, cuáles son sus artistas favoritos, que color les gusta, quienes son sus amigos. Darse cuenta de cómo el niño, el adolescente manifiesta su tristeza, su alegría, su preocupación. Los padres deben vencer los arranques de furia, analizar un poco la situación antes de actuar, tratar de calmarse, respirar profundamente y corregir con firmeza, no con violencia.

Si se detecta en la familia, alguna cuestión de estrés en alguno de los padres, es necesario solicitar ayuda profesional a tiempo, antes de que este estrés pueda desencadenar circunstancias violentas. Los padres deben darse espacios personales, para dialogar, estar juntos, fomentar entre ellos el respeto, la tolerancia. Es un gran error cuando se cae en una lucha de poderes, se va perdiendo la razón del proyecto de vida que iniciaron juntos, y se puede entrar en un egoísmo disfrazado de derechos. Estar alerta en este aspecto, pues de ello se derivan situaciones conflictivas, donde los niños perciben un ambiente tenso dentro del núcleo familiar.

La violencia se puede prevenir desde la misma familia, en un apoyo mutuo entre padres y la comprensión de los hijos. El amor es el principal valor que se debe de trabajar día con día, e inculcar en los hijos desde la infancia valores, amor por la vida. Guiarlos en su desarrollo con responsabilidad, esforzarse por dar una formación integral, que potencialice sus capacidades y los lleve a la realización de buenos actos humanos.

 

Emma Monjaraz Anguiano

 

Comparte:

About Author