Se les llama preces litánicas, es decir en forma de letanía porque se responde a las invocaciones con una pequeña oración a quien la dirige, en esta ocasión van dirigidas al Corazón de Jesus
(A)
¡Corazón de Jesús, salva a tu pueblo! Mira, que el demonio a quien tu venciste muriendo en la Cruz, quiere apoderarse del mundo, sembrando la maldad en el corazón de los niños, en las mentes de los jóvenes, en la intimidad del hogar, en las escuelas y esparce en todos la duda, la división, el engaño y la muerte eterna.
Ven a reinar, oh Corazón Divino y no permitas que los redimidos con tus sufrimientos, con tu obediencia y tu amor, caigamos en las redes y engaños del maligno.
-Por la humildad y pobreza de tu nacimiento,
R/. ¡Corazón de Jesús, salva a tu pueblo!
-Por tus enseñanzas de mansedumbre y de amor,
-Por el amor a tu Familia, la sencillez de tu vida y la sumisión a tus padres,
-Por tu bondad hacia los niños, por tu misericordia y clemencia a los pecadores,
-Por los milagros que hiciste a favor de los enfermos y necesitados,
-Por el amor con que elegiste y enviaste a los Apóstoles,
-Por los desprecios y persecuciones que sufriste, por tu Pasión y Muerte en la Cruz,
-Por la intercesión, angustias y dolores de tu Santísima Madre,
-Por tu gloriosa Resurrección y Ascensión al cielo,
-Por la sencillez y grandeza de tu presencia Eucarística,
-Por las manifestaciones y deseos de tu amante Corazón,
-Por tu súplica al Padre a favor de la unidad de tu Iglesia y tu bondad en instituir y dejarnos los Sacramentos,
-Por los dolores de tu Iglesia que sufre la persecución e injusticia humana,
-Por los trabajos apostólicos de los consagrados y seglares comprometidos,
-Por el celo con que tus Apóstoles trabajan por extender el Reino de Dios, que es amor, paz, justicia y verdad,
Oración
¡Corazón de Jesús salva a tu pueblo! ven y reina en todos los corazones y concédenos que los que creemos en ti, por tu Palabra y las enseñanzas de la Iglesia, demos testimonio de lo mucho que nos amas y, obedeciendo tu mandamiento principal, nos amemos unos a otros como Tú nos has amado. Te lo pedimos por Ti mismo que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.