Como cristianos católicos sabemos la gran responsabilidad que pesa sobre los sacerdotes, conocemos a algunos de ellos muy entregados  en su ministerio, quizá también sabemos de alguno a quien ya el peso de los años, la enfermedad o experiencias difíciles,  es fácilmente criticado. Tengamos presente que como pueblo de Dios nos toca sostenerlos con nuestra oración.

Esta sugerencia puede ser utilizada siempre pero especialmente en las Hora Santa sacerdotal.

Preces para la hora sacerdotal.

Oh Jesús Sacerdote Eterno, guarda a estos tus siervos en el recinto de tu Corazón, donde nadie puede hacerles daño.

Guarda inmaculadas sus manos que a diario tocan tu Sagrado Cuerpo.
Guarda puros sus labios, diariamente enrojecidos por tu Preciosa Sangre.
Guarda sin mancha sus corazones, sellados con el sublime carácter de su sacerdocio.

Haz que tu santo amor los envuelva y separe del contagio del mundo. Bendice sus trabajos con frutos abundantes y sean las almas por ellas dirigidas y administradas, su consuelo y gozo aquí en la tierra, y luego su hermosa corona en el cielo.

Preces a Jesús Sacramentado a favor del clero.

A nuestro Santísimo Padre. Envuélvelo en tu gracia, Señor.
A los Cardenales y Delegados. Envíales tu luz, Señor.
A los Arzobispos y Obispos. Concédeles tus dones Señor.
A los Sacerdotes Párrocos. Dales acierto Señor.
A los Sacerdotes Vicarios. Guíalos, Señor.
A los Sacerdotes Misioneros. Protégelos, Señor.
A los Sacerdotes Predicadores. Ilumínalos, Señor.
A los Sacerdotes Directores de Almas. Instrúyelos Señor.
A los Sacerdotes Religiosos. Hazlos misericordiosos, Señor.
A los Sacerdotes de Seminarios. Enséñalos, Señor.
A los Sacerdotes en peligro. Líbralos, Señor.
A los Sacerdotes tentados. Anímalos, Señor.
A los Sacerdotes en pecados. Dales tu gracia, Señor.
A los Sacerdotes celosos. Ayúdalos, Señor.
A los Sacerdotes pobres. Socórrelos, Señor.
A los Sacerdotes débiles. Fortalécelos, Señor.
A los Sacerdotes aislados. Acompáñalos, Señor.
A los Sacerdotes atados a las cosas de la tierra. Rómpeles sus cadenas, Señor.
A los Sacerdotes alejados de la Iglesia. Atráelos, Señor.
A los Sacerdotes Confundidos. Ilústralos, Señor.
A los Sacerdotes sin fe ni piedad. Compadécelos, Señor.
A los Sacerdotes disidentes. Vuélvelos al seno de la Iglesia, Señor.
A los Sacerdotes presos o sufridos persecución. Atiéndelos, Señor.
A los Sacerdotes recalcitrantes. Suavízalos, Señor.
A los Sacerdotes enfermos. Sánalos, Señor.
A los Sacerdotes ancianos. Sostenlos, Señor.
A los Sacerdotes difuntos. Descansen en paz, Señor.

De toda la Iglesia militante y purgante. Apiádate, señor.

Para responder a cada petición: Dios mío sanos Sacerdotes. Sacerdotes Santos.

• Para celebrar el Divino Sacrificio de la Misa.
• Para dar la Santa Hostia a las almas Hambrientas.
• Para conducir los niños hacia Dios.
• Para predicar el Evangelio a los que lo ignoran.
• Para ayudar a los moribundos y enfermos.
• Para Consolar a los que sufre.
• Para recordar a todos los hombres que son hermanos.
• Para bendecir nuestros hogares, nuestros trabajos, nuestros campos.
• Para extender tú Reino sobre la tierra.

IFCJ

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